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El Ayuntamiento prohíbe a la sala Consulado la actuación del grupo Celtas Cortos

Los orgarnizadores ya habían vendido todas las localidades para los dos conciertos

Consulado sólo tiene licencia municipal de salón de baile con ambigú con acompañamiento de orquesta y grupos musicales. Sin embargo, el Ayuntamiento ha considerado que la actuación del grupo Celtas Cortos, formado por ocho músicos, es un 46espectáculo". La discoteca no posee esa licencia y Celtas Cortos han tenido que regresar a Valladolid sin desembalar sus violines y guitarras. Las entradas vendidas para las actuaciones de hoy y mañana se canjearán por las del nuevo concierto, programado para el miércoles 23 y jueves 24 en la sala Aqualung.

La sala sufrió tres cierres por orden municipal el pasado año. El empresario del local desde hace un mes, Francisco Zamarro, optó por no enfrentarse a las autoridades, como hacían los anteriores gestores del local. "Me dijeron que si Celtas Cortos se presentaba precintarían el local", explica Zamarro. "Estoy intentando limpiar la imagen de la discoteca, que regento desde hace un mes, y me interesaba promocionarme entre el público que sigue al grupo. Por eso ofrecí el local gratis", agrega.La concejal del distrito de Centro, María Antonia Suárez, no pudo ser localizada ayer por este periódico, ni en el Ayuntamiento ni en su casa.

Celtas Cortos iba a presentar en Madrid su último disco, Tranquilo, majete, grabado en las verdes campiñas de Sussex (Reino Unido) y que arremete contra el cómodo conformismo de la generación hija del Estado de bienestar.

Un viaje inútil

Tanto la casa de discos de Celtas Cortos como la productora que organizaba el concierto se enteraron de la suspensión del concierto a las tres de la tarde de ayer. Los músicos estaban ya en Madrid para conceder entrevistas y hacer los ensayos de rigor en la sala. Consulado tiene capacidad para acoger a 1.800 personas y el aforo estaba vendido casi íntegramente. A los ochos componentes de Celtas Cortos, que ayer se mostraban entre sorprendidos y decepcionados por la medida municipal, les une un espíritu combativo que se hace patente en la manera de interpretar sus canciones: pura rabia y energía. Un concierto suyo es un derroche sin tregua desde que saltan al escenario: "Siempre hemos querido que la gente lo pase de puta madre", asegura Jesús Cifuentes, cantante y portavoz del grupo, poco antes de conocer la suspensión del concierto, "pero ser combativo no está reñido con pasarlo bien". Las canciones de este grupo de Valladolid están sacadas de la realidad que les toca vivir: "Si hablamos de la insumisión, por ejemplo, no es un recurso demagogo", dice el cantante, "es que estoy en ese ajo y no voy a hacer la mil¡".

No quieren que se les confunda corno grupo mesiánico: "No se puede imponer nada a la fuerza. Nuestras opiniones son nuestras opiniones y no pretendemos adoctrinar a nadie", asegura Cifuentes. "Nos interesa lo que nos rodea y algunos estamos en organizaciones de carácter solidario".

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Desde el concierto que dieron en septiembre de 1992 en Las Ventas, lleno hasta la bandera, Celtas Cortos no habían vuelto a enfrentarse con el público de Madrid: "Cada uno de los conciertos va a ser bastante cañero, agotador y largo. No habrá intervenciones estelares ni ese tipo de sorpresas, pero sí muchísima cera. El público de Madrid es superacogedor".

El éxito no ha cambiado las costumbres de los ocho componentes de Celtas Cortos, que siguen viviendo en Valladolid. "Somos conscientes de que las cosas nos van bien, pero como el proceso ha sido a lo largo de muchos años y desde abajo, podemos verlo con tranquilidad e incluso con recelo. Nuestra vida no ha cambiado. Seguimos saliendo al monte y haciendo las mismas chorradas".

La vida tranquila en una capital de provincia les hace tomarse con calma la proyección europea que inician en marzo con una gira: "Sólo vamos a mirar y que nos conozcan un poquito, sin ninguna pretensión ni afán de conquista".

Pase lo que pase, Celtas Cortos no abandonará Valladolid: "Al fin y al cabo", concluye Cifuentes, Ia carretera es como un largo pasillo y Madrid y Valladolid son como dos ha:)itaciones de una misma casa".

Celtas Cortos actúan el miércoles 23 y el jueves 24 en la sala Aqualung paseo de la Ermita del Santo, 48), 2.30 horas. 1.800 pesetas. Las entradas ya compradas podrán canearse en la taquilla.

"La ruta del pescao"

Los problemas vienen de lejos. Pese a que Consulado programa conciertos desde el año 1962, la Concejalía del distrito de Centro les ha amenazado reiteradas veces con el cierre. Los principales motivos son la falta de insonorización y anomalías en las salidas de emergencia. Tras esta persecución se oculta también que Consulado está considerada como uno de los puntos de salida en dirección a la ruta del bakalao. Ajeno a modas y conflictos, Francisco Zamarro, regente del local desde el 21 de enero, trató de darle a la sala una nueva orientación. "Ahora me entero de que la discoteca tiene problemas por no se qué ruta del pescao ", aseguraba ayer perplejo.Días después de su llegada, el día 27, reinauguraba la sala con una Fiesta que no pudo tener peor final. La Policía Municipal fue la principal atracción. En menos de dos horas, los agentes efectuaron tres redadas. Su segundo intento por relanzar el local fue otro fracaso.

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