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Entrevista:

"Arcó es el Pabellón de Cristal"

Esta mujer norteña, con la fuerza de un roble, nació hace 51 años en Gijón. Desde pequeña vivió en el ambiente familiar el amor por la escultura y la poesía. Rosina Gómez-Baeza Estudió en Cambrigde, Londres y París pedagogía y sociología, para pasarse luego a las relaciones públicas, donde desempeñó su actividad en la década de los setenta como coordinadora de congresos y exposiciones. Ella organizó los principales certámenes celebrados en Madrid y otras autonomías. En 1979 creó el Salón Internacional de la Seguridad (Sicur) y el de la óptica, Expo-óptica. Desde el 1980 es ejecutiva de la entonces creada Institución Ferial de Madrid (Ifema). Desde allí ha dirigido unos cincuenta certámenes, y en la actualidad es directora comercial de esta institución, y directora de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo desde 1987. Además le apasionan la actualidad, la poesía (todavía escribe sus propios versos) y la lectura.Pregunta. La experiencia dice que es usted buena gestora.

Respuesta. Las mujeres de mi generación las hemos pasado canutas, sin minimizar nada. Algunos hombres te miran de igual a igual, pero en otros existe todavía desconfianza. Las mujeres tenemos en este momento muchas ganas y vamos a demostrar cómo sabemos hacer las cosas. La aportación de nuestras cualidades llamadas femeninas (administradoras de la vida doméstica, reflexión serena, intuición para defendernos de agresiones varias, deseo de paz y coherencia, el diálogo, la interrelación) al mundo de la empresa ha traído una gran riqueza a la gestión. En este sentido soy una feminista convencida; nuestras experiencias nos dan una capacidad diferente para enfrentarnos a la realidad de la vida.

P. ¿Los tiempos están cambiando?

R. Somos menos soñadoras y más creativas. Nosotras tenemos que ganar paso a paso nuestra posición, pero necesitamos apoyo, medidas positivas, porque han sido muchos siglos en los que la mujer se ha mantenido al margen de los órganos de decisión.

P. ¿Qué tal se llevan la crisis y el arte?

R. La gran promesa de España como gran centro cultural de proyección internacional, con el 92, la atención que se prestó a nuestro país fue fantástica, pero eso se iba a acabar, y lo sabíamos. Estamos sufriendo las consecuencias ahora. España tiene un escaso coleccionismo, y eso hace que las galerías internacionales no quieran venir. Nuestro objetivo sería que Arco atrajera más coleccionistas internacionales para suplir la carencia de coleccionismo de nuestro país, y mi aspiración particular sería convertirlo en un museo y centro de estudios del arte moderno, algo más integrador. Estamos casi en el siglo XXI, y Madrid, como uno de los puntos fuertes de la cultura española, necesita ese centro.

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P. ¿Por eso no quería irse de la Casa de Campo?

R. Es que Arco es Madrid, es el Pabellón de Cristal. Yo no quería trasladarme al Parque Ferial Juan Carlos I, porque las galerías vieron un espacio excesivamente imponente, sinónimo de gran mercado del arte, y Arco tiene que ser una feria selectiva y pequeña, no exhaustiva, con innovación. Pero el coste del alquiler hace inevitable el traslado.

P. ¿Usted es una experta en organización de ferias?

R. Sí, Arco es otra cosa. Tiene que seleccionar aquellas galerías que mejor representan, desde el punto de vista profesional y estético, el arte contemporáneo. Y ayudar a la apertura de nuevos caminos para la creación.

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