Un esfuerzo colectivo
Hace algunos meses asistí a una reunión de trabajo donde estábamos representados la mayoría de las entidades relacionadas con el ciclismo de la región madrileña. En esa sesión, y después de un intenso debate, surgieron distintas propuestas para mejorar la seguridad de este colectivo, que durante muchas horas comparten su entrenamiento con unos compañeros mucho más numerosos y que utilizan una herramienta más fuerte y peligrosa.Después de conocer la terrible noticia del accidente mortal de Antonio Martín, desde la tristeza que me produce pensar en sus familiares y amigos, y sintiendo el vacío que deja en el deporte madrileño y en el ciclismo en general, toman aún mayor fuerza algunas ideas que ya he manifestado. La protección de la práctica ciclista es, sin duda, un esfuerzo colectivo y sólo desde ese punto de partida conseguiremos disminuir el número de accidentes; todos debemos convivir y ser conscientes de la debilidad de un hombre sobre dos ruedas. Por supuesto, esto es al margen del especial esfuerzo que hay que realizar en balizar y limpiar los arcenes o en identificar, como recientemente se ha hecho, algunos itinerarios de la Comunidad de Madrid sobre los que aplicar un programa de ensanche de arcenes, con una mejora notable de la señalización e incluyendo un posible cambio de color para que todos tengamos claro que por esa pequeña banda de asfalto pasean en silencio los sueños de mucha gente.
Pero hay otra parte de este trabajo que corresponde muy directamente a los que practicamos con más o menos frecuencia este deporte. El conocimiento de los riesgos y las previsiones para evitarlos es algo que no. se debe despreciar cosas como la utilización del casco, rodar por carreteras anchas, elegir recorridos para salir de Madrid con el menor número de nudos o cruces posibles son, sin duda, medidas que aumentan las cotas de seguridad.La solución definitiva que hará válidas o no el resto de medidas que debemos acometer es la prudencia de todos, conductores y ciclistas. Supongo que un ejemplo ilustrará esta idea: todos sabemos lo que es un paso de cebra y también sabemos cuando conducimos que hay que aumentar la prudencia cuando nos acercamos a él y de igual forma los peatones conocemos que éstos son los lugares adecuados para cruzar. Pues bien, mientras no apliquemos correctamente estos conocimientos seguirán produciéndose accidentes.
Quiero finalizar recordando el momento en el que entregamos una de las estrellas del deporte de la Comunidad a Antonio Martín, un ciclista excepcional, pero sobre todo un hombre muy querido por todos. Espero que el dolor que ha desencadenado su pérdida se pueda transformar en respeto a todos aquellos que comparten sus mismas ilusiones.
Alfonso Arroyo Lorenzo es el director general de Deportes de la Comunidad de Madrid.
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