Dos meses para acudir a los tribunales de justicia

"Por todo ello, interpondremos el recurso ordinario y no acudiremos a otras instancias mientras la dinámica procesal no nos lo imponga". Así terminaba Mario Conde su discurso el día que reapareció a la luz pública (el 11 de enero) en una conferencia de Prensa tras la intervención de Banesto por parte del Banco de España.Conde acababa de explicar que instrumentaría su defensa jurídica mediante un recurso ordinario, a pesar de que "podríamos hacerlo con distintas medidas que ofrece nuestro ordenamiento jurídico, entre ellas algunas de carácter puramente instrumental o dilatorio". Y citó a "la defensa de la competencia", a "los tribunales al amparo de la Constitución" y a "instancias internacionales".

Casi un mes después, el recurso ha sido rechazado ayer por el ministro de Economía, Pedro Solbes, por lo que ahora se abre un proceso en el que Conde y los otros nueve exconsejeros que le acompañan en el recurso ordinario, al igual que los consejeros que lo presentaron individualmente (Juan José Abaitua, Antonio Torrero y Paulina Beato) pueden acudir a esas otras vías, que en aquel momento sólo sugirieron. Mario Conde y los ex consejeros que han visto desestimados sus recursos tienen ahora dos meses para acudir por la vía contencioso-administrativa a los tribunales de justicia, que no quisieron emprender al optar por el recurso ordinario.

Un nuevo recurso

Contra la resolución del ministro cabe interponer, según la normativa vigente, recurso contencioso administrativo, en ese plazo de dos meses, ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, al ser la resolución desestimatoria y el acto originario el Acuerdo del Banco de España. La competencia habría sido de la Audiencia Nacional si el acto originario hubiese sido de ministro o de secretario de Estado o si se hubiese estimado el recurso.

Mario Conde y los suyos estimaron, aquel día 11 de enero, que, "según dictámenes de prestigiosos juristas", cualquier vía de las citadas "tiene posibilidades de éxito". La decisión de desechar en aquel momento aquellas posibilidades fueron dos: "la imagen de nuestro país y el prestigio de nuestras instituciones". "Discrepamos del Banco de españa en este punto", prosiguió Conde, "pero mantenemos el respeto por las instituciones de nuestro país y, en particular, en el terreno monetario y financiero, por una institución tan capital en la estructura del Estado".