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Reportaje:

La calvicie imbatible

El 60% de los hombres y el 25% de las mujeres sufre algún grado de alopecia

La calvicie es una de las tradicionales obsesiones de una sociedad que cifra en los signos externos de la "belleza de marketing", los síntomas de la juventud, poder y potencia. Las cabezas ralas, de amplias entradas, y no digamos ya las directamente peladas, no han gozado de buena prensa, y los hombres sus más habituales, aunque no únicos, sufridores las suelen llevar con disimulos, postizos, resignación y, los menos, con amplia aceptación, e incluso desafío.El deseo de la fórmula maravillosa para eliminar la calvicie ha sido perseguida durante siglos, y lo sigue siendo, porque ni la más moderna medicina ha conseguido aun el remedio eficaz para enemigo tan contumaz. La eficacia de los tratamientos disponibles es muy limitada, según reconocen todos los especialistas. "Lo más que se puede conseguir es retrasar ese debilitamiento del pelo antes de que acabe convirtiéndose en vello", afirma el doctor Eduardo López Bran, profesor de dermatología del Hospital Universitario San Carlos de Madrid. "En alopecias pequeñas en gente joven, los tratamientos a veces consiguen que crezca un poco de pelo, pero es difícil". Las sustancias pretendidamente reforzantes o hidratantes no tienen mayor eficacia.

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El tratamiento con medicamentos que bloquean la secreción de andrógenos es útil en las mujeres, pero limitado en los hombres por el riesgo de efectos secundarios. En la actualidad se está investigando la utilización de antiandrógenos sólo por vía tópica para evitarlos. El otro tratamiento más utilizado, a base del fármaco vasodilatador minoxidil, muestra también una eficacia reducida. "En realidad, no sabemos por qué ni cómo actúa, porque de hecho otros vasodilatadores no tienen ningún efecto", asegura López Bran. No está demostrado tampoco que la activación de la circulación sanguínea en el cuero cabelludo mediante masajes retrase la atrofia folicular.

Primeros síntomas

Unas sienes pronunciadas o un pelo que tiende a empobrecerse con el paso del tiempo pueden ser el primer signo de una calvicie incipiente. Aunque una reacción temprana puede hacer más lenta la pérdida del cabello, su caída está determinada genéticamente. "La calvicie común -denominada androgénica- es un proceso fisiológico, a pesar de la fuerte implicación psicológica que tiene para algunas personas", afirma José María Arrazola, médico del servicio de dermatología del Hospital Ramón y Cajal de Madrid. "El pelo empieza a atrofiarse a partir de la pubertad y no es fácil hablar de prevención en este tema", agrega.La calvicie androgénica es la causa más frecuente de la pérdida de pelo y, en contra de lo que suele pensarse, afecta también a las mujeres. "Es un mito que las mujeres no se quedan calvas", explica López Bra ."Lo que pasa es que en ellas es más fácil disimular la calvicie porque, a diferencia de los varones, nunca pierden la línea frontal del cabello y pueden peinarse cubriendo la zona calva". Cerca de un 25% de mujeres sufre este tipo de alopecia, frente a un 60% de los varones.

Cada individuo lleva inscrito en sus genes los cabellos que va a perder. Y son paradójicamente los andrógenos, las hormonas que determinan la formación de las características sexuales masculinas (entre ellas el nacimiento de vello en las distintas partes del cuerpo), los que hacen que esa predisposición genética acabe expresándose: los folículos pilosos -el pequeño bulbo que forma la raíz del cabello debajo de la piel- de los cabellos condenados presentan una enzima que interactúa con estas hormonas masculinas cuando llegan al cuero cabelludo a través de la sangre, formando una sustancia que origina su atrofia.

"Un hombre al que se le suprima la secreción de andrógenos dejaría de estar calvo", explica Arrazola. En las mujeres, la calvicie es menor precisamente porque presentan un número más reducido de hormonas masculinas. "El problema no es que el pelo que se pierde no vuelva a salir", explica López Bran. "Es normal que un adulto, que tiene unos 150.000 cabellos, pierda de 60 a 100 cada día con el cepillado o el lavado. En condiciones normales este cabello es sustituido, en un proceso que dura unos seis anos, por otro igual de fuerte, mientras que, en la calvicie andrógenica, ese pelo grueso, largo y pigmentado, es progresivamente reemplazado por uno más pobre y corto y, finalmente, por pelo vello, invisible a simple vista".

Si la raíz del pelo no ha cicatrizado, es posible teóricamente conseguir que nazca de nuevo pelo sano, a diferencia de lo que ocurre con calvicies provocadas por tumores o quemaduras, en las que ha quedado completamente destruida.

Una higiene diaria, con productos suaves, y evitar el maltrato con la aplicación frecuente de tintes o de calor seco pueden contribuir a hacer más lenta la pérdida de pelo.

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