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El consul honorario de Bolivia, padre de Carlos Sainz, mata de un disparo a un 'tironero'

LUIS FERNANDO DURÁN INMACULADA RUIZ Samuel Ch. O., un angoleño de 27 años, no pudo escapar de su última fechoría. A la una y media de la madrugada de ayer, tras arrebatar el bolso a la esposa del cónsul honorario de Bolivia, Antonio Sainz, una bala acabó con su vida mientras huía con el botín.

El autor del disparo es el padre del ex campeón del mundo de rallies Carlos Sainz, un constructor jubilado de 67 años. Antonio apretó el gatillo de su revólver dos veces para intimidar al delincuente. El tercero alcanzó la cabeza del angoleño, un hombre con varios antecedentes policiales por robo. Quedó tendido en el suelo con el bolso robado entre sus manos, hasta que fue recogido por una ambulancia del Samur. Samuel falleció una hora después en el hospital Gregorio Marañón, próximo al lugar del suceso, en la calle de Fernán González, cercana a O'Donnell.

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Tras el disparo, Antonio Sainz se entregó a la policía, pero no fue detenido. El titular del Juzgado de Instrucción 26, José María Fernández Rodríguez, decretó su libertad provisional. El autor de los disparos posee licencia de armas y entregó su pistola a los agentes con tres cartuchos percutidos. Ante ellos manifestó que, antes de disparar a la víctima, disparó al aire. En sus declaraciones, aclaró que en ese momento nadie caminaba por la calle.

El juez de guardia, informado por los agentes, pidió todas las diligencias. Ante él declaró el autor de los disparos y su esposa. Después quedó en libertad y se marchó a descansar a casa de unos amigos, en las afueras de Madrid, según aseguraba su hijo Antonio desde el domicilio familiar de Somosaguas. "Disparó solo para intimidarles, pero tuvo la mala suerte de darle; es de esas cosas que pasan una de cada mil veces", lamentó Antonio.

El hermano del piloto madrileño -que se encuentra entrenando en Portugal- añadió que su padre, Antonio Sainz, no suele llevar encima el revólver Smith and Wesson 38 con el que mató al tironero africano. "Solamente lo lleva alguna vez, cuando sale de noche. Ha tenido algún problema", aseguró este familiar.

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PASA A LA PÁGINA 3

Antonio Sainz alcanzó en la cabeza al africano y espero en su coche a la policía para entregarse

VIENE DE LA PÁGINA 1El viernes por la noche, Antonio Sainz no se olvidó, al salir, de su revólver, un Smith and Wesson del calibre 38. El matrimonio Sainz paseaba con otra pareja de amigos por la calle de O'Donnell, a la altura del número 33, cuando dos hombres se cruzaron en su camino, según la versión policial. Era ya la madrugada del sábado. Uno de ellos arrebató el bolso de un tirón a Julia Cenamor, la madre del piloto madrileño. Ambos delincuentes doblaron la esquina de la calle de Fernán González y empezaron a correr. Antonio Sainz reaccionó: sacó su revólver 38, Smith and Wesson y disparó tres veces.

Un agujero a tres metros

La primera bala era de fogueo. La segunda hizo un agujero en el luminoso de una farmacia cercana. El impacto tenía un sentido ascendente y se clavó en el letrero de la farmacia a más de tres metros de altura. El último disparo interrumpió la carrera de Samuel Ch. O., que cayó al suelo gravemente herido con el bolso sustraído entre sus manos. La bala le alcanzó en la cabeza.

El inmigrante angoleño, que poseía antecedentes policiales por robo y tráfico de drogas, fue trasladado en ambulancia hasta el Hospital Gregorio Marañón. Falleció a los 10 minutos de entrar en el centro sanitario.

Los vecinos de los bloques próximos en la calle de O'Donnell fueron testigos sonoros del tiroteo. Un hombre, que no quiso revelar su nombre, salió rápidamente a la terraza y vio al inmigrante tendido en el suelo: "El cuerpo estuvo muchísimo tiempo hasta que se lo llevaron en una ambulancia del Samur (servicio de ambulancias del Ayuntamiento) cogiéndole con hierros por debajo".

Los empleados de una pizzería cercana observaron cómo Antonio Sainz aguardó en su coche la llegada de los agentes. "La policía se dirigió al coche del hombre que disparó, que estaba allí, esperando. Estuvieron una media hora, y entonces se lo llevaron en el patrulla", explicó uno de los trabajadores. Otro empleado aseguraba: "Los policías comentaban que era un diplomático y que no podía entregarles el arma".

Sin inmunidad

El propio hijo del homicida afirmó que Antonio Sainz, de nacionalidad española, no disfruta de inmunidad diplomática. El hijo cree que la condición de cónsul honorífico de su padre proviene de las largas relaciones comerciales del constructor hoy jubilado.

Varias fuentes judiciales y diplomáticas consultadas aseguraron que Antonio Sainz no puede acogerse a la inmunidad diplomática por ser cónsul honorario, y no de carrera, conforme a lo dispuesto en el artículo 65 de la Convención de Viena de 1968. El padre del corredor de rallies tiene nacionalidad española, por lo que está sujeto a las leyes de este país.

El autor del disparo mortal se entregó a los agentes de la comisaría de Buenavista. El juez de guardia, José María Fernández Rodríguez, titular del Juzgado 26 de Instrucción, reclamó inmediatamente las diligencias a la policía e interrogó a Antonio Sainz y a su esposa.

El constructor quedó en libertad después de prestar declaración, hasta que se celebre el juicio, según manifestaba ayer su hijo Antonio desde la casa familiar. El padre estaba muy afectado y descansaba en casa de unos amigos, fuera de Madrid. Carlos, el hijo pequeño de la familia, se encontraba en Portugal preparando un rally.

Nadie acudió ayer al Instituto Anatómico Forense a interesarse por el cadáver del angoleño. Samuel formaba parte, según los vecinos de O'Donnell, de grupos de africanos que suelen rondar una tienda abierta las 24 horas y una pizzería.

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