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GUERRA EN LOS BALCANES

Una granada mata a 66 personas en Sarajevo

El mercado de la capital bosnia se convierte en una ciénaga de sangre en la mayor matanza tras 22 meses de cerco

AGENCIAS El mercado Markale, en el corazón de Sarajevo, se convirtió en una inmenso lodazal de sangre. A las 12.30 de la mañana del sábado, la gente se arremolinaba ante los tenderetes que exhiben latas de comida y hortalizas a precios prohibitivos. Un proyectil de 120 milímetros llegó del cielo y segó la vida de 66 personas y dejó malheridas a otras 197. La de ayer fue la mayor matanza sufrida por la capital bosnia -un enclave bajo protección de la ONU- en los 22 meses de sitio a que la tienen sometida los radicales serbios de Radovan Karadzic. El Gobierno bosnio atribuyó la carnicería a los sitiadores.

"La explosión se produjo repentinamente, poco después del mediodía, cuando el mercado estaba lleno de gente", declaró una mujer a la que el cuerpo le temblaba sin cesar y que no podía contener las lágrimas. "Fue horroroso. El proyectil fue a parar sobre el tejadillo de un tenderete, lo atravesó y cayó al suelo. Fue terrible, allí había por los menos 50 o 60 personas muertas, no sé cuántas".Otra mujer, con la desesperación pintada en el rostro, señaló: "Estaba vendiendo flores y de repente oí una tremenda explosión y gritos de la gente y sangre por todas partes". "He visto cómo colocaban cincuenta cadáveres en un camión, era un verdadero horror, una verdadera catástrofe para todos", indicó por su parte un joven visiblemente excitado.

Un caudal de supervivientes, hombres, mujeres y niños, convirtió los pasillos de la clínica de Kosevo, el mayor hospital de guerra del mundo, en un muelle de dolor. Los heridos fueron llevados al centro médico en sábanas y mantas transformadas en camillas improvisadas y en automóviles particulares convertidos en ambulancias.

El proyectil, una granada de 120 milímetros, llegó a las doce y media de la mañana, cuando el mercado hervía de compradores y buscadores de imposibles gangas. Desde el monte Trebevic, en manos de los artilleros y francotiradores serbios, el mercado es un blanco perfecto. La sangre se desbordó. Muchos cuerpos fueron literalmente descuartizados.

La televisión de Sarajevo conminó a los ciudadanos a ponerse a cubierto mientras el vicepresidente, Ejup Ganic, acusaba a los sitiadores serbios de asesinar a civiles, de no luchar contra soldados. En su apreciación coincidió con el nuevo jefe de los cascos azules en Bosnia, el general británico Michael Rose.

Prólogo siniestro

El prólogo a la matanza de ayer se celebró el viernes. Entonces fue el barrio de Dobrinja la diana. Tres granadas serbias mataron a nueve personas que hacían cola ante un despacho de harina. Frente a las protestas serbias que acusaban a los bosnios musulmanes de autoinmolarse para ganarse la simpatía del mundo, los observadores de la ONU actuaron con una diligencia inusual "El análisis de los cráteres indica con claridad que el mortero fue disparado desde posiciones serbias", declaró el general Rose. "No acepto la negativa serbia. Disparar contra zonas habitadas es inaceptable".

Ayer, desde Belgrado, los radicales serbios actuaron con más cautela. Amenazaron con bloquear la entrada de ayuda humanitaria si no se formaba una comisión con expertos serbios, musulmanes bosnios y miembros de la ONU para determinar el origen del morterazo. Los expertos de las Fuerzas de Protección de la ONU (Unprofor) no pudieron precisar ayer el origen del mortífero proyectil. "Los expertos militares de Unprofor, después de analizar el cráter, han sido, de momento, incapaces de precisar el punto de lanzamiento del proyectil", reza un comunicado emitido ayer por Unprofor en Zagreb. Los expertos sólo pudieron certificar que la carnicería fue resultado del impacto de un único proyectil de 120 milímetros disparado desde una zona al noreste del mercado.

Desde Belgrado, dirigentes de los serbios de Bosnia aseguraron ayer que la matanza no era sino un montaje de los musulmanes de Bosnia. "Se trata de un nuevo episodio de una serie de incidentes de los que son víctimas los civiles y que los musulmanes montan regularmente en la víspera de negociaciones de importancia", declaró un portavoz de la presidencia del parlamento de los serbios Bosnia.

El Gabinete que preside Alia Izetbegovic se reunió ayer con carácter de urgencia y decidió que, a pesar de la matanza, el Gobierno bosnio "participará en la próxima ronda de negociaciones en Ginebra", según un comunicado oficial. Izetbegovic aseguró previamente que los serbios buscaban una "reacción emocional" que provocara un "paso en falso" de las autoridades bosnias y diera al traste con las negociaciones de paz, cuya reanudación está prevista el próximo jueves.

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