Los abogados del agente sirio sostienen que no huirá de la justicia española
"No se escapará", insisten rotundamente José Luis Sanz Arribas y Ernesto Díaz-Bastién, los abogados defensores del traficante de armas sirio Monzer al Kassar. "Lo hubiera hecho ya si hubiera querido", comentan al recordar que dispone de avión privado y que lo emplea en sus desplazamientos. Por el contrario, argumentan, Al Kassar tiene un gran interés en ser juzgado, cuanto antes porque las pruebas existentes contra él "no resisten; son muy endebles" y, por tanto, piensa, acabará siendo absuelto.
Para los dos letrados, lo ocurrido con Monzer al Ka$sar es un verdadero montaje de turbios intereses del que difícilmente se derivará una sentencia de culpabilidad. Con ese convencimiento, la defensa del procesado anal¡za incluso la posibilidad de plantear acciones penales contra Baltasar Garzón, el juez que ordenó su detención e instruyó la causa y actual secretario de Estado del Ministerio del Interior.Tres son los principales testimonios en contra del traficante sirio. El palestino Ahmed Marouf al Assadi, detenido en Italia por participar directamente en el secuestro del Achille Lauro, acusa a Al Kassar de haberle entregado las armas para esta acción. Este testigo, preso en la cárcel de Varcelli (Italia), se ha negado a trasladarse a España para declarar ante la justicia, aunque inicialmente se mostró dispuesto a ello.
Una extraña muerte
Otro testimonio contra Al Kassar proviene de su ex empleado palestino Ismail Jalil al Knouri, muerto en extrañas circunstancias en julio de 1993: cayó desde el cuarto piso de un bloque de apartamentos de Marbella. La tesis inicial del suicidio se modificó posteriormente al cómprobaíse que, con el elevado grado de alcohol que tenía en sangre, hasta alcanzar el coma etílico, habría sido incapaz de acceder a la repisa de la ventana.
El palestino Abu Merced, ex contable del ciudadano sirio y preso en España, es el tercer testigo de cargo contra Al Kassar por el atentado contra el agente libanés Elías Joussef Awad y por el secuestro del buque italiano.
Abu Merced acusó a Al Kassar, luego se desdijo y posteriormente, al menos de momento, volvió a la versión inicial. Dijo que su primer cambio de testimonio fue por miedo a sufrir un atentado, pero en una cinta magnetofónica que le fue intervenida en la cárcel de Ávila, pedía dinero por ello. En el reparto de esos fondos, Abu Merced incluía al propio juez Garzón, que era ajeno a la maniobra.
Para los defensores de Al Kassar, las pruebas obtenidas por la policía son una parte más del montaje contra su defendido que, según ellos, ha sido maltratado durante los 13 meses que ha permanecido encarcelado en España. Como prueba, relatan que Al Kassar ha sido trasladado 13 veces de prisión bajo el argumento de protegerle o evitar su fuga.
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