El Sanse cae herido ante los leoneses

San Sebastián de los Reyes y Cultural Leonesa dirimían ayer cuál de los dos equipos ingresaba en la zona de descenso y fueron los locales los que adquirieron más papeletas. El sorteo se celebrará al final de la temporada y premiará a los peores conjuntos con la pérdida de la categoría. El Sanse ofreció el primer salvavidas a la Leonesa, y, por supuesto, éstos no lo rechazaron.La Leonesa mereció ganar. Su planteamiento, propio de un equipo visitante, agazapado en defensa y presto al contragolpe, superó las previsiones del técnico sansero, Joaquín Salmerón, que confeccionó un conjunto incapaz de ofrecer una alternativa coherente al juego leonés. A los sanseros, además, les faltó suerte y la fuerza de voluntad precisa para sobreponerse a los contratiempos.

Los zarpazos de la Leonesa fueron más allá de los tres goles. Comenzaron cuando, a los 10 minutos, Juan Carlos le adivinó las intenciones a Prieto y detuvo un dudoso penalti pitado por Morales Mansito. El acierto del guardameta tuvo un efecto balsámico sobre sus compañeros, al proporcionarles los minutos necesarios para acomodarse sobre el duro terreno de juego de la avenida de Matapiñonera. Por contra, el Sanse comenzó a diluirse.

Los leoneses, asumido su papel de visitantes, trabajaron con fe en el sistema planteado por su entrenador, Tomé, y que se les atragantó a los sanseros. Una línea media muy poblada y presionante y la cesión de la iniciativa a los locales se contrarrestaba con la obligación que imponía Narciso a los defensas sanseros al permanecer como único hombre en punta. Narciso, además, complicó la vida de los locales ejerciendo el difícil oficio de delantero desasistido, pero siempre despierto, dispuesto a robarle la cartera al defensa a la mínima oportunidad. Algo que demostró en el tercer gol.

Con el penalti fallado y las escasas ideas sanseras, los jugadores de la Leonesa sólo tuvieron que esperar su oportunidad. Alberto y Villafañe colocaron el 0-2 en el marcador antes del descanso, mientras que al Sanse sólo le quedó desesperarse por su mala suerte, tras un cabezazo de Tejedor rechazado por el larguero.

Tras el descanso, el Sanse envió otro balón al palo mientras que Salmerón arengaba a sus jugadores buscando acortar distancias. La Leonesa se encerró en su campo, dando tiempo a que se calmaran los ánimos locales, pero tuvo que encajar el gol de Lorente. Más técnicos y con mayor oficio, convencidos de sus posibilidades, la Leonesa respondió con el tercer gol y acabó con cualquier resistencia.

El técnico local se sentó y dejó de dar órdenes, mientras que éstos volvieron al patadón, incapaz ninguno de jugar la pelota, y la Leonesa hizo suyo el campo. El Sanse se deshizo y ni los cambios aportaron mejores posibilidades. Cuando Salmerón recordó que todavía quedaban 15 minutos para lograr algo positivo, el juego del Sanse había perdido demasiados enteros como para inquietar al rival.