Anécdota y acontecimiento

Cada mañana, la sección de nacional de los periódicos nos despierta con el mismo fardo de habladurías y chascarrillos con el que se regalan los políticos profesionales para alimentar el culebrón en el que se ha ido convirtiendo la política española. No es de extrañar, pues, que la venta de periódicos se encuentre estanca morcilla del político de turno al hilo de lo que sucede. La anécdota sustituye a la objetividad del acontecimiento, y al ciudadano no le va quedando otro papel que el de simple espectador aburrido de ese, carnaval de dimes y diretes. Todo lo cual no viene sino a redundar sobre el tan traído y llevado déficit de representatividad de los sistemas democráticos contemporáneos. Cómplices de un mismo juego de espejos,, tan culpables de ese déficit son, por tanto, los políticos como los periodistas que les hacen de voceros.Mientras los medios de comunicación no asuman que el protagonista prioritario de la información ha de ser la sociedad civil y no el discurso permanentemente electoralista que sobre ella desgranan los partidos, no harán sino ahondar en la separación existente entre ciudadano y poder. -