Iglesias Zamora dio máis dinero a ETA en diciembre

Julio, ordaindu (Julio, paga). Éste era el lema que el pasado agosto difundió el entorno de ETA para recordar la necesidad de que el ingeniero Julio Iglesias Zamora,entonces secuestrado, abonara a la banda terrorista el rescate exigido. El pasado mes de diciembre, casi dos meses después de su liberación, la familia, del industrial ha entregado un tercer plazo a ETA, presumiblemente situado entre los 200 y los 300 millones de pesetas. Durante el secuestro, ETA ya recibió dos pagos, por un monto próximo a los 500 millones de pesetas. La nueva entrega -se ignora si esel último plazo- ha coincidido con homenajes y entrega de premios periodísticos al ex cautivo como personalidad del año, lo que ha causado consternación entre los investigadores del caso.

El pasado mes de diciembre, los servicios de información de las Fuerzas de Seguridad tuvieron noticia de que, casi dos meses después de la liberación del ingeniero Julio Iglesias Zamora -rehén de ETA entre primeros de julio y finales de octubre de 1993- había realizado una nueva entrega de dinero a la banda terrorista por un monto que aún no ha podido ser precisado. No obstante, la cifra que barajan los responsables de la investigación, a tenor de la información confidencial recibida, es que esta entrega reciente de dinero a ETA oscila entre los 200 y los 300 millones de pesetas.En esta última entrega, ha tenido un papel protagonista el tío de Julio Iglesias, Ángel Iglesias, presidente de la empresa lkusi, quien meses atrás, a principios de agosto, mantuvo citas en un monte vasco con encapuchados para negociar el monto del rescate, escenario que, por lo arriesgado -la vigilancia del empresario habría llevado a la policía hasta sus interlocutores-, siempre fue puesto en entredicho por los autores de la investigación. En esa cita, según versión que circuló en su día, Ángel Iglesias recibió la amenaza de que a su sobrino "la barba le puede llegar a los cojones" si no accedía la extorsión a la que era sometido por la banda terrorista.

Según la misma versión sobre tal negociación, se acordó que la cifra del rescate sería de 500 millones en plazos. El primero, por un monto de 150 millones, se produjo días después. La segunda entrega se hizo efectiva en torno al 17 de septiembre, por un importe idéntico. Y se dejó aplazado un plazo final, supuestamente el ahora abonado, por un suma de 200 millones.

Cifras divergentes

Otras fuentes relacionadas con esta investigación varían tal calendario y el valor de las entregas. Según tales fuentes, la primera entrega se produjo el 17 de septiembre por un monto de 300 millones; la segunda, a primeros de octubre, por un valor de unos 200 millones. Con esta tercera entrega de diciembre, en el peor de los casos, las cantidades entregadas a ETA rondarían los 500 millones, mientras el rescate total podría oscilar entre los 700 y los 800 millones de pesetas.

Esta inyección de dinero, tras las sucesivas desarticulaciones por parte de la Ertaintza y del juez Carlos Bueren de dos redes de cobro del impuesto revolucionario, tiene un carácter absolutamente vital para ETA. El dinero procedente del presidente de lkusi se erige casi en ingreso único en los presupuestos de la banda terrorista para su ejercicio de 1994, según las fuentes informantes.

Aunque Ángel Iglesias llegó a preparar un yate que tiene fondeado en Hendaya para facilitar el pago del rescate a la banda terrorista, todo hace indicar que finalmente la vía empleada ha sido menos espectacular.

Según la información confidencial manejada por los responsables de la investigación, Angel Iglesias ha intervenido físicamente en esta tercera entrega. El escenario, según todos los indicios, ha sido el País Vasco francés. Este tercer pago a ETA, presumiblemente el último, ha coincidido en el tiempo con el otorgamiento a Julio Iglesias Zamora de premios periodísticos como personalidad más relevante del año concluido. Este hecho y la escasa información facilitada por el ex rehén sobre sus captores y el lugar del cautiverio, han molestado a los investigadores.

Las mismas fuentes recuerdan cómo la información dada por Emiliano Revilla sobre el lugar de su cautiverio en 1988 se reveló exacta cuando años más tarde, en enero de 1992, la policía halló el zulo descrito minuciosamente por el secuestrado. Por el contrario, los elementos aportados por Iglesias en sus interrogatorios han tenido un escaso valor para ubicar el zulo donde permaneció 117 días, que se supone situado en los bajos de alguna vivienda rural vasca.