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Dimite el ministro de Medio Ambiente del Gobierno de Major tras reconocer que tiene una hija fruto de una relación adúltera

Isabel Ferrer

La pasada Navidad ha resultado aciaga para Tim Yeo, de 48 años, que ayer se vio obligado a dimitir como ministro británico de Medio Ambiente. El 25 de diciembre, una fecha que suele consagrarse a las reuniones familiares, se supo que el político conservador, casado y con dos hijos veinteañeros, tiene otra hija de cinco meses. La pequeña, Claudia María, es el fruto de una relación extramatrimonial con Julia Stent, una concejal del propio partido.Embarcado en una campaña de defensa de los valores tradicionales y en la vuelta a los «principios esenciales de la sociedad", el Gobierno ha negado su apoyo a Yeo, que anoche anunció su renuncia formal. Su esposa Diana guarda silencio. A Julia Stent le han ofrecido ya cifras millonarias por relatar los pormenores de su relación con el político caído.

Hasta bien entrada la tarde de ayer, Tim Yeo repetía sin cesar que su vida privada le incumbe sólo a él. Rodeado por multitud de periodistas aseguraba contar con la comprensión del propio primer ministro, John Major. Decía que su labor al frente del Ministerio de Medio Ambiente era lo único que los ciudadanos debían juzgar. Se equivocaba. El Partido Conservador británico trata de impregnar de los valores esenciales que propugna todos los rincones de la sociedad. Desde su pasada conferencia, la familia, el orden y la disciplina y, claro, la moralidad más estricta deben alcanzar a todo y a todos.

En este contexto el ex ministro no sólo es un marido adúltero. Incluso se ha permitido afirmar que apoya todos esos valores tradicionales defendidos por sus colegas. "He sido un loco, es cierto, pero no creo que nada de lo que haya hecho fuera de mis horas de trabajo deba oscurecer mi labor", ha dicho. Para sus críticos más acérrimos, que le reprochan fomentar el fenómeno de las madres solteras, ha tenido también respuesta. "Mi caso no puede compararse con otras situaciones. Yo me ocupo de mantener a Julia Stent, concejal en Hackney, al este de Londres".

La confianza de Major

Junto a todas estas declaraciones Yeo aseguraba también que sólo dimitiría de perder la confianza del primer ministro y el Gabinete. El número 10 de Downing Street, domicilio de John Major, ha permanecido en silencio. Sin embargo, los miembros del distrito electoral del ahora ex ministro han preferido no callarse. En un comunicado hecho público ayer señalaron su preocupación por las críticas que se cernían sobre un miembro del Gobierno. "Ahora debe obrar en consecuencia y hacerse eco de las mismas". En realidad, esta última frase ha sido decisiva para que el ministro abandonara su cargo. En la historia reciente de la política del Reino Unido no se recuerda ningún caso de un ministro o cualquier otro político de alto rango que haya podido sobrevivir en el cargo una vez que sus electores le han perdido la confianza.Entre los pocos colegas de Tim Yeo que han elegido manifestarse sobre su caso, se cuenta la ministra de Sanidad, Virginia Bottomley. La misma ha dicho que los gobernantes son gente como los demás. "Hacen algunas cosas bien y otras mal. Lo importante es saber si la familia te apoya cuando tratas de recomponer una relación que ha sido dañada". Entre los que parecen haber tenido esa suerte se cuenta el ministro de Transportes, Steve Norris, que remontó el pasado octubre las revelaciones acerca de sus contactos con cinco mujeres después de la ruptura de su matrimonio. Paddy Ashdown, jefe del Partido Demócrata Liberal, es otro de los supervivientes. Él continúa también en su cargo después de que los medios de comunicación airearan la relación que había mantenido con una colega.

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