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Entrevista:ÁNGEL GARO: ACTOR Y HUMORISTA

"Madrid es imprescindible para mi trabajo"

La semiótica diría que: personas humanas es un pleonasmo. Una patada al lenguaje, como calle urbana o juego lúdico. Para un usuario corriente y moliente de la lengua española, este tipo de frases son muy útiles a la hora de poner en evidencia a los oradores zafios y petulantes. Las Personas humanas de Garó son sus personajes. Un absurdo machista, un ligón con síndrome de Peter Pan, una castradora doméstica, una trepa que se llama Maruchi, un oriental que baila sevillanas y algunos otros tópicos que Garó anima en el teatro Alcalá Palace, de Madrid, con pasión, alevosía y nocturnidad -a las 22.00, a excepción de los domingos, que el telón se levanta a las 20.00- Ángel Garó, gaditano de 27 años, sorprendió al gran público con su sentido del humor, crítico, surrealista y agrio, desde el programa concurso Un dos, tres, que abandonó para emprender, con menos suerte, otros proyectos televisivos. Ahora, tras debutar en Barcelona y rodar durante un tiempo de ciudad en ciudad llega por fin a Madrid.Pregunta. ¿Los silencios temporales son una estrategia para hacerse desear?

Respuesta. Estrené Personas humanas en Barcelona y por el grandísimo respeto que me merece Madrid tenía que rodarlo bien antes de presentarlo aquí. Digamos que he conseguido el punto exacto de la función.

P. Usted pretende representar a la humanidad bailando al son de sus miserias, ¿no es un mensaje muy pesimista para un espectáculo de humor?

R. Lo optimista, es el resultado. Reconocer los propios defectos e intentar mejorar es un mensaje lleno de esperanza. Yo retrato las miserias en clave de humor. Eso no es pesimismo.

P. ¿Describe los vicios de la España negra para salvarse de la quema?

R. ¡Qué va! Ni siquiera yo me libro. Uno de los personajes es precisamente el presentador del espectáculo, y no deja de criticar a Ángel Garó.

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P. Como andaluz en general y gaditano en particular, se verá obligado a ser siempre muy gracioso.

R. Eso parece, pero no es mi caso. Yo revisto de humor a todos mis personajes. Los gaditanos conocemos chistes a miles, pero incluso así me cuesta mucho hacer comedia. Siempre estudié pensando en hacer papeles dramáticos.

P. ¿Cuándo supo que Madrid era un buen sitio para vivir?

R. Cuando decidí dedicarme al teatro. Llevo aquí siete años y es aqui donde he realizado mi mayor esfuerzo artístico. No renuncio a Cádiz, mi tierra, porque es preciosa, y no digamos mi pueblo, La Línea de la Concepción. Pero esta ciudad es maravillosa para vivir e imprescindible para el trabajo.

P. ¿Es muy diferente el público de una sala de fiestas al que se sienta en las butacas del teatro?

R. No, lo importante es que el espectador no debe interpretar, debe sentarse cómodamente, disfrutar y, si le apetece, aplaudir.

P. Declara usted la guerra a la vulgaridad. ¿Es una declaración de principios?

R. En este país, lo que hace mucha falta es buen gusto, pero hay un refrán que dice: "Al que le pique, que se rasque".

P. Que es como decir "quien se pica, ajos come".

R. Es lo mismo, pero así queda mucho más madrileño.

Ángel Garó actúa hasta el 8 de enero en el teatro Alcalá Palace, de Madrid, a las diez de la noche; los domingos, a las ocho de la tarde.

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