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Los palestinos a favor y en contra de Arafat luchan a pedradas en Gaza

Choques entre facciones palestinas arrojaron ayer nuevas interrogantes sobre el proyecto de paz que Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) tratan de rescatar en negociaciones secretas en Oslo. Informes procedentes de la franja ocupada de Gaza dijeron que seis activistas resultaron heridos en enfrentamientos a pedradas entre decenas de militantes del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y Al Fatah, en el campo de refugiados de Rafa. Las conversaciones entre Israel y la OLP en Oslo fueron interrumpidas ayer, con el único compromiso por ambas partes de que se reanudarán en próximos días.

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Fue el segundo día de hostilidades entre el FPLP, contrario al plan de paz con Israel, y fuerzas leales al líder palestino Yasir Arafat. Los enfrentamientos, que estallaron en la ciudad de Gaza el sábado, aparentemente tras una disputa por la propiedad de un terreno, incrementaron temores a que se desencadene una ola de violencia interpalestina. El movimiento islámico Hamás estaba actuando anoche como mediador para evitarlo."Cada día se nota más el descontento con el liderazgo de Arafat y la forma en que se están llevando las cosas", dijo un médico de Gaza contactado por teléfono. El FPLP es una de las diez fuerzas que componen la coalición que se opone a negociar la paz con Israel. Una meta que ayer buscaban delegados de la OLP y del Gobierno del primer ministro israelí, Isaac Rabin, en Oslo, la capital de Noruega.

Esos esfuerzos comenzaron la noche del sábado con una reunión imprevista entre el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Simón Peres, y Yasir Abed-Rabbo, miembro del comité ejecutivo de la OLP y brazo derecho de Yasir Arafat.

En declaraciones a la radio militar israelí, Rabin dijo que quiere asegurarse primero de que un nuevo encuentro con Arafat puede tener éxito antes de volver a encontrarse con el líder palestino por segunda vez.

En Oslo, fuentes de la cancillería noruega dijeron que los contactos concluirían con un anuncio en las próximas horas. Pero finalmente, el único comunicado oficial fue el de que ambas delegaciones han decidido interrumpir las conversaciones durante unos días. De momento, sólo han acordado reunirse en breve plazo.

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El primer ministro israelí, Isaac Rabin, declaró anoche que los acuerdos no se pactan en Oslo, sino que los asuntos concretos deben ser aprobados por su Gobierno y por el comité ejecutivo de la OLP en Túnez. "Sólo entonces sabremos si hay resultados", declaró Rabin a la radio israelí.

Nueva cumbre

El objetivo de estos contactos es preparar una nueva cumbre entre Rabin y Arafat para la firma de un documento que pondría formalmente en marcha el proceso de autonomía en Gaza y Jericó, y que en los próximos cinco años deberá extenderse a Cisjordania. Un acuerdo que debió ser firmado en la reunión que ambos líderes celebraron en El Cairo hace ocho días.

Para el Gobierno israelí, la cumbre no tendría sentido si Arafat y Rabin no han logrado previamente un acuerdo sólido que contemple todos los puntos en disputa. "Una nueva reunión que termine como la de El Cairo, sin resultados concretos, tendría un impacto político y psicológico muy negativo", comentó ayer un dirigente palestino.

Son tres los puntos críticos: el control de las fronteras entre Jericó y Jordania y entre Gaza y Egipto; la exacta extensión territorial de la autonomía de Jericó, y la protección de los asentamientos de los colonos judíos.

Israel insiste en que, de acuerdo con la declaración de principios firmada con la OLP el 13 de septiembre en Washington, el Estado israelí debe mantener el control total de los puestos fronterizos. Para el Gobierno de Rabin no sólo se trata de una cuestión de seguridad sino también de soberanía nacional, y está cada vez más irritado por declaraciones de la OLP en el sentido de que Gaza y Jericó son "el primer paso hacia la construcción del Estado palestino".

Vuelta a casa

Como muestra de buena voluntad, el Gobierno de Israel liberó ayer a algunos de los 197 palestinos, supuestos militantes del grupo radical Hamás, que habían permanecido desterrados en el denominado Campo del Retorno en tierra de nadie entre Israel y Líbano. Los deportados han estado detenidos en centros israelíes desde su regreso, pero algunos de ellos, cuyo número no ha sido especificado, volvieron ayer a sus casas.

Entretanto, cazabombarderos iraelíes realizaron dos ataques contra posiciones de la guerrilla musulmana de Hezbolá en el sur de Líbano tras una jornada de combates de artillería.

Dos cazabombarderos lanzaron diez misiles contra objetivos cerca de las localidades de Mlita y Luwaize, en Iqlim al Tufa, una zona utilizada por Hezbolá para lanzar ataques contra la zona de seguridad israelí en Líbano. La guerrilla respondió al ataque con armas antiaéreas y misiles, pero ninguno de los aviones fue alcanzado. No se produjeron víctimas.

El ataque aéreo israelí es continuación de los duelos artilleros entre las dos partes en los últimos días. Poco antes del bombardeo, la guerrilla proiraní atacó con ametralladoras y cohetes antitanques cuatro puestos militares israelíes situados al borde de la zona de seguridad.

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