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El supercontrato de Induráin

El corredor ganará 400 millones al año, no irá a la Vuelta y atacará el récord de la hora

Luis Gómez

Induráin correrá el Giro en lugar de la Vuelta. Ayer firmó el contrato del siglo en el deporte español. ¿Cuánto? No está lejos de los 400 anuales. El Superbanesto hizo ayer un primer acto de presentación en escena y una legión de periodistas se avalanzó sobre los confiados protagonistas a la búsqueda y captura de las respuestas que verdaderamente importan. El diario deportivo Marca había adelantado la cifra de 700 millones en dos años y calificado el acuerdo como el contrato del siglo en España. El salario de Induráin sigue siendo un misterio: como quiera que nadie en el banco se echó las manos a la cabeza con esa noticia, se puede deducir que la verdadera cifra es sensiblemente superior, hasta 400 millones según algunas fuentes. Y es que Induráin vale mucho: 24.000 nuevos cuentacorrentistas, el 80% de los cuales hicieron imposiciones a plazo fijo, avalaron el éxito de una campaña publicitaria en 1993, hecho que supuso un aumento de recursos para la entidad de 12.000 millones de pesetas, algo así como la suma de los presupuestos del Madrid y el Barcelona. "Es el producto más rentable del banco", dijo decidido Arturo Romaní, vicepresidente de la Corporación Banesto. Tan grande es el valor de Induráin, que Banesto decidió el año pasado asegurar la imagen de la entidad ante una posible ausencia accidental del ciclista en algún acontecimiento de envergadura. La imagen del Banesto en el Tour está valorada en 2.000 millones. Un día del Tour sin Induráin costaría 150 millones. Sumado lo económico a lo deportivo (es el mejor deportista que ha dado España), merece el contrato del siglo.Induráin, Delgado y Antonio Martín pusieron rostro a un acto protocolario. Se efectuó la firma de sus contratos, que sellan la creación del equipo Banesto para 1994 una vez incorporados algunos corredores del antiguo equipo Amaya. La plantilla suma la nada despreciable cifra de 26 corredores con calidad suficiente para ambicionar el éxito en cualquier carrera. 26 corredores, pero ningún sprinter, porque la imagen de este equipo sigue fiel al guión establecido hace unos años: buscar el liderato, nunca los triunfos parciales.

Resuelta parcialmente una de las incógnitas (es costumbre en España no ofrecer las verdaderas cifras de un contrato), el personal buscó respuesta a la pregunta de cada año: ¿Correrá el Giro o la Vuelta? Para no perder el hábito, se prefirió dar un largo rodeo utilizando argumentos de sobra conocidos. "Qué quieren que diga. Me gustaría ganar la Vuelta, pero también volver a ganar el Giro, el Tour y el Mundial", dijo Induráin. "Sería importante que Induráin ganara la Vuelta, pero hemos de planificar la temporada con mucho rigor y todavía no hemos hablado de ello", matizó Echávarri, el director deportivo, ahora más director si cabe ("no me llaméis mánager general, por favor", suplicó a la concurrencia). "A Banesto le gustaría ganar este año la Vuelta", añadió Romaní como quien se hace el despistado. (Dijo Banesto, no Induráin).

Como quiera que los hábitos no han cambiado, tampoco las respuestas. Ni las soluciones. Induráin volverá a decidirse por el Giro en detrimento de la Vuelta. Es un hecho. Entre otras razones porque espera hacer su primer asalto al récord de la hora, previsto para el mes de septiembre u octubre, aprovechando el estado de forma que resulte de su participación en el Tour. Este nuevo objetivo sería casi irrealizable en esas fechas si Induráin tuviera que participar en la Vuelta a España en plenitud de forma (meses de abril y mayo) para dejarse caer e iniciar una nueva subida con vistas al Tour y repetir la operación con el récord de la hora. Tantos altibajos en los estados de forma no son del agrado de Echávarri. Unipublic y TVE estaban dispuestas a ofrecer 200 millones (dinero y publicidad) a cambio de su presencia en la Vuelta. ¿Es mucho o es poco? "Cualquier carrera funciona con Induráin", aclaró un portavoz del banco.

Paralelamente, el acto sirvió para confirmar que Delgado pone fecha a su retirada. 1994 será su última temporada como ciclista profesional. El segoviano habló de intentar darse una satisfacción a sí mismo y especuló con la posibilidad de estar ausente del próximo Tour si no se encuentra suficientemente preparado. "En ningún caso, iré para pasar verguenza deportiva".

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