Spilimbergo, Tarvisio, Magnano y los líos de Italia 90
Italia 90 dejó una cadáver en la zanja, Luis Suárez, un grupo de jugadores malheridos, la generación de La Quinta -del Buitre, y un mosaico de dudas sobre la capacidad organizativa del seleccionador y la federación, a los que se acusó de primar los intereses económicos sobre los deportivos. En la maleta quedó más de un rincón oscuro:A costa de una estancia gratuita, que supuso un ahorro de unos 20 millones de pesetas, la selección española acordó varios compromisos con Udine 90, un consorcio turístico que aprovechó la cita mundialista para promocionar la región del Friuli, en el norte de Italia. El cambio a última hora del lugar de concentración inicial, Spilimbergo por Tarvisio (localidad de reposo próxima a las fronteras de Austria y Yugoslavia), no fue suficientemente explicado, lo que motivó abundantes comentarios sobre las verdaderas razones del mismo y sobre su provecho económico. La reputación de Luis Suárez, muy amigo de Manlio Cescutti, máximo responsable de Udine 90, quedó en entredicho al cuestionarse la conveniencia de alguno de los compromisos fijados.
Entre ellos, sorprendió una inesperada visita al casino de Velden, hermosa y fronteriza ciudad austríaca, en una jornada prevista para el descanso de los jugadores. Una vez allí, los futbolistas posaron sin rechistar entre ruletas y mesas de black jack, lo que permitió a los dueños del casino promocionar el negocio. Los partidos amistosos jugados en Pordenone y Trieste también fueron objeto de comentario.
El traslado a Magnano in Riviera, cerca ya de Udine, no mitigó la polémica. Al contrario. El hotel elegido, cuya construcción finalizó con el tiempo justo para hospedar a los futbolistas, acogió una cena entre éstos, los responsables de Udine 90 y los medios de comunicación italianos. El acto provocó una protesta formal de los periodistas españoles, cuyo acceso al establecimiento fue vetado, curiosamente, ese día.
En Magnano, los chicos de Suárez tuvieron tiempo también de acudir a la presentación de un vino y, previa suspensión de un entrenamiento, a la presentación de los actos culturales organizados por Udine 90. Los contratiempos encontraron extensión en Verona, donde un día la selección española no encontró campo para entrenarse. La federación acusó de negligencia al comité local. A sólo un par de días del partido contra Bélgica, los jugadores tuvieron que conformarse con una tabla de gimnasia sueca en un hotel de verona.
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