Una banda de narcotraficantes iraníes, sorprendida con 50 kilos de heroína y 2 de opio

Más de un millón de dosis de heroína no llegarán a la calle. La incautación de un total de 48,6 kilos de caballo del tipo brown sugar ha sido parte de la operación que se ha desbaratado a una importante banda de narcotraficantes iraníes, que operaba desde hace poco más de un año. Efectivos de la comisaría de Chamberí y la Brigada de Policía Judicial detuvieron el sábado a los siete presuntos miembros de la red. Se trata de la mayor incautación de heroína realizada en Madrid en este año y la segunda en España después de que en febrero fuesen decomisados 127 kilos en Málaga.

El Cuerpo Nacional de Policía también ha decomisado en esta operación dos kilos de opio, un chalé comprado hace dos años por 70 millones de pesetas, tres vehículos de lujo, 13 millones de pesetas y cinco armas de fuego. El sábado pasado, los agentes de Chamberí culminaron la investigación que durante cinco meses ha seguido la pista de esta red internacional de distribución de grandes cantidades de heroína, formada por seis iraníes y una española.El jefe de la banda, Maharama Karami Cahabdi, de 32 años, ya había sido detenido en España por narcotráfico en 1990 y 1992. Karami habitaba en una mansión de la urbanización Fuente del Fresno (San Sebastián de los Reyes) que era una auténtica fortaleza, rodeada de todo tipo de medidas de seguridad y que contaba con dos perros guardianes.

El cerebro disponía de dos pasaportes falsos, uno holandés y otro portugués. También se le incautó un vehículo Mercedes 320, un revólver y cinco millones de pesetas. Había comprado la mansión al contado, hace dos años, por 70 millones de pesetas.

El registro del chalé se realizó después de que fuese interceptado Mehrad Hamedani Hagui, de 34 años. Éste era la mano derecha del jefe de la red y se encargaba de la custodia de "la cueva" donde se almacenaba la droga, un piso situado en la avenida de Burgos (Chamartín), según explicó el comisario de Chamberí, Ángel López Aguado. Los agentes le detuvieron cuando iba a entrar en esta vivienda. Llevaba consigo un kilo de heroína. El resto de la droga incautada estaba dentro de la casa, donde también se encontraron 7,5 millones de pesetas, dos pistolas de nueve milímetros, un revólver, un bolígrafo pistola, un aparato que con una potente descarga eléctrica inmoviliza a las personas y útiles para mezclar la droga.

Los demás detenidos estaban encargados de la distribución de la heroína. Se trata de Naser R. M., de 34 años, con antecedentes por tráfico de droga en 1990 y 1992; Mahmaud M. M., de 32; Slavash D. A., de 30; Adel R. P., de 29, y la española Rosa Ana Moya Honrado, de 31 años.

Fumadero de opio

Los distribuidores fueron localizados en una tercera vivienda, un apartamento del número 213 de la calle de Serrano, en el que la policía halló dos kilos de opio y pipas para su consumo. Fuentes de la investigación señalan que el lugar era un fumadero de opio, bien para el consumo de los propios traficantes, bien para ofrecer a las personas que pasaban por allí para realizar las transacciones de dinero y droga, ya que este apartamento era lo que se puede llamar la oficina comercial de la red.

Según informaron fuentes de la investigación, la droga es originaria de Pakistán, en Turquía se sitúan los laboratorios donde se sintetiza y desde allí es distribuida por vía terrestre, por la llamada ruta de los Balcanes, hasta Holanda, desde donde se reparte a países europeos, entre ellos España.

Unas dos terceras partes de la droga incautada son heroína casi pura, mientras que el resto ya había sido mezclada y preparada para su distribución a los escalones inferiores. Una vez cortada la heroína habría generado en la calle unos beneficios de 1.500 millones.

La comisaría de Chamberí y la Brigada de la Policía Judicial actuaron el pasado sábado con la certeza de que se había realizado una importante entrega, corroborada por el aumento en la oferta de heroína en la calle en los días precedentes.

Una de las razones de que las incautaciones de heroína hayan sido escasas en Madrid en 1993 es la dificultad de conocer los movimientos de las bandas iraníes, que utilizan dialectos para comunicarse.