LA CURIOSIDAD DESCUBRE TESOROS.
Allí donde algunos sólo ven muebles inservibles, objetos inútiles, trastos molestos o simplemente basura, otros descubren aquello que justo necesitaban. Por ejemplo, en el contenedor situado junto a la calle de Fernando VI, cualquiera puede hallar un tesoro que otro ha despreciado: tal vez ese alambre que viene que ni pintado para sujetar el tubo de escape del coche.
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