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Intervencionismo o mercado

Expertos y empresarios acogen con críticas el Libro Blanco sobre el empleo

El Libro Blanco sobre el empleo ha sido recibido con reservas en los círculos empresariales. Según se desprende de las críticas de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), presidida por José María Cuevas, y de Fomento del Trabajo Nacional, se recela de las propuestas del presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, para luchar contra el paro. El documento ha sido calificado de "intervencionista" en medios del departamento de análisis de la CEOE, y algunos miembros del Instituto de la Empresa Familiar y del Círculo de Empresa rios coinciden en que la crisis "sólo se superará desde la iniciativa privada, no a base de in versión pública como pretende la Comisión Europea". La postura hegemónica en las cúpulas de los foros empresariales españoles abunda en contra de la "reivindicación keynesiana de la Comisión Europea cuando ya no es posible porque en las economías de los Doce la actividad pública supera el 50% de los productos interiores y es exigible reducir este peso", señalan medios de la junta directiva de la Unice, la organización que engloba las patronales de los Doce y que preside Carlos Ferrer Salat.

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En la misma línea, el criterio más consensuado en los medios empresariales consultados propone como alternativa para salir de la crisis las conclusiones del último informe de la Unice -Cómo hacer Europa más competitiva-, entregado a Delors el pasado 7 de diciembre, que hace especial hincapié en la fuerza del mercado para obtener mayor flexibilidad laboral y en la reducción del papel del Estado.

Competitividad

El crecimiento, la competitividad y el empleo componen la trilogía que, por este orden, defiende el Libro Blanco. A costa de aceptar que la crisis actual es fruto de los recalentamientos de la economía comunitaria entre 1988 y 1990, el Libro Blanco descarta incentivar la creación de empleo sobre un crecimiento modesto y antiinflacionario como el de Estados Unidos, que, manteniendo su tasa de paro anual baja, ha crecido por encima del 2%. La Comisión Europea propone crecer como objetivo inicial prioritario, porque el ritmo de creación de empleo necesario para situar a los Doce en la senda de generar 15 millones de puestos de trabajo se alcanzará más fácilmente combinando un aumento modesto del empleo con una tasa de crecimiento más fuerte. Frente al esquema de la Comisión Europea, las cúpulas empresariales consideran que es la competitividad lo que debe ponerse en primer plano. "Sin restablecer la competitividad no habrá crecimiento", afirma José Isaías Rodríguez, representante de la CEOE en la Unice.

La primera parte del Libro Blanco -Retos y pistas para entrar en el siglo XXI- ha sido el auténtico núcleo de trabajo de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los Doce. El documento contiene una segunda parte dedicada a la coordinación de las políticas macroeconómicas y un tercer apartado general que expone la contribución de los estados miembros al presupuesto de la Unión. Además del diagnóstico sobre el estado de la economía comunitaria, el Libro Blanco contiene cinco propuestas de futuro: el reforzamiento del gran mercado de los Doce, el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas (microempresas, las ha llamado Delors), el diálogo social, las redes de infraestructura y comunicación, y la sociedad de la información. Las dos últimas centran las críticas empresariales al empuje de la inversión pública como herramienta para relanzar la economía.

Necesidades

"Pero ¿de dónde salen los miles de millones de ecus necesarios? Si se proveen con cargo a la deuda de los Doce o con una emisión gigante de la Unión, el procedimiento puede tener un efecto perverso en el mercado monetario porque contribuiría a mantener altos los tipos de interés", según fuentes del Círculo de Empresarios, que preside Carlos Espinosa de los Monteros. "La inversión pública es menos rentable que la privada; además, en un "etapa de recesión cabe aplicar el axioma según el cual es mejor mantener las carreteras en buen estado que construir otras nuevas", explica Vicente Boceta, secretario de esta institución.

En opinión de Fernando Casado, director del Instituto de la Empresa Familiar (IEF), entidad que agrupa a más de cien patronos de las grandes empresas privadas españolas, "no se puede aplicar un plan de lanzamiento de la inversión pública en un momento en que los déficit de los Doce son todavía muy altos". El coordinador de los familiares afirma: "Las divergencias nominales entre los países miembros de la Unión hacen difícil aplicar un plan conjunto de estas dimensiones". Junto con otras voces de la junta de este instituto, Casado proclama que el auténtico motor de la recuperación son las empresas y afirma que el cambio de ciclo se producirá básicamente "en el momento en que se reactive la iniciativa privada".

El IEF y el Círculo de Empresarios se alinean con los planteamientos del ERTI -Mesa Redonda de Industriales Europeos-, un lobby que incluye a las grandes empresas europeas y que propugna la concesión del plan de infraestructuras a los grupos industriales privados. Esta iniciativa ha sido defendida públicamente por Delors porque encaja claramente con el papel de primer orden concedido a los inversores privados en la financiación de los proyectos del Libro Blanco.

El esquema de Delors encuentra de momento una mayor afinidad en algunos medios profesionales y empresariales del Círculo de Economia. "Los países de la Unión Europea reaccionarán muy positivamente", opinan de forma bastante extendida los miembros de la junta de la entidad, que preside Joan Molins. "A diferencia de la salida de la crisis de los setenta, las economías de los Doce no presentan ahora una inflación preocupante ni un gasto público desbocado, lo que permite un cierto margen para la inversión pública", explica Antón Costas, catedrático de Economía y secretario del Círculo de Economía.

En el Instituto de Estudios Económicos (lEE), la cantera, que nutre de expertos a los equipos económicos en torno a los economistas Víctor Mendoza y Cristóbal Montoro -profesor y diputado del Partido Popular-, existe un clima de crítica expectante ante el documento.

El actual director del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, catedrático de Estructura Económica de la Universidad Complutense, sostiene que el primer borrador del Libro Blanco, "el que en puridad se podría calificar de keynesiano, ha sufrido ataques y variaciones que pueden acabar modificando las conclusiones finales".

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