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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Abro EL PAIS:

los ecos del juicio a los niños británicos del caso Bulger siguen. Y en la misma página aparecen "otros tres niños franceses, entre 8 y 10 años, procesados por la muerte a patadas y puñetazos de un vagabundo al que acabaron por arrojar a un pozo". Ante ello, Rosa Montero duda de "si los humanos hemos mejorado éticamente con el tiempo", pero afirma que, "desde luego, no hemos mejorado".No van por ahí los tiros, con perdón. El progreso de la historia es real, pero también ambiguo: mirando como un conjun-

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to a los miles de millones de seres que conforman la humanidad -y de eso se está hablando-, los más ricos lo son más, y los más depauperados también. Igual ocurre en los ámbitos de la cultura, la ética y la ciencia.

Los medios tecnológicos más avanzados es verdad que sirven para que quienes se mueven en circunstancias favorables puedan acercarse a los autores más lejanos en el tiempo y el espacio, gozar de su lectura, visión y audición, adentrarse en su pensamiento y aprender a ser mejores. Pero para quienes no disfrutan de esas circunstancias el progreso técnico ha significado, todo lo más, la destrucción y prostitución de sus tradiciones y artesanías. Y en la ciencia, igual; los avances han servido, sí, para que muchos Stephen Hawkins puedan hablar y moverse desde su discapacidad fisica, pero ¿qué se le puede decir a quienes a diario mueren en las condiciones de insalubridad más brutales en el Tercer Mundo y en los suburbios urbanos? En cualquier caso, cierto es que muchos se han beneficiado de esos avances, aunque sólo sea en tanto que subproductos, pues el poder -y de qué manera- da prioridad a su empleo: en la absorción ética y cultural de personas y pueblos, en su control informático omnímodo y en la aniquilación de los heterodoxos, sea por asfixia ideologizante (¡qué lejos queda ya el "no le atarás el alma" de Miguel Hernández!) o con los medios destructivos y de coacción más refinados, a veces divulgados como lección ejemplar "vía satélite".

Y ahí es donde florecen estos retoños para cuya "rehabilitación" se les interna en cuartos individuales con televisores que destilan Bola de dragón, Bruce Lee o "la furia y los cojones de la selección nacional". Así se abonan tales horrores-

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