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Enterrado en Asturias el 'casco azul'

El cadáver del capitán Fernando Álvarez Rodríguez, de 33 años, fallecido el pasado sábado en misión humanitaria en Bosnia-Herzegovina, fue enterrado ayer tarde en el cementerio de Pillarno (Asturias), su localidad natal, por expreso deseo de la familia.Al acto asistieron las autoridades civiles y militares de Asturias y numerosos vecinos, amigos y familiares, que colapsaron los accesos al pequeño pueblo, perteneciente al municipio de Castrillón, limítrofe con el de Avilés. No pudo ir, sin embargo, la madre del militar, Magdalena Rodríguez, recluida en su domicilio bajo una fuerte depresión desde que conoció la noticia.

Tanto en el aeropuerto de Asturias, adonde los restos mortales del militar llegaron en un avión militar a las 15.15 horas, procedentes de la base aérea de Zaragoza, como luego en la iglesia y cementerio de Pillarno, se produjeron escenas de dolor entre los familiares que acompañaban al féretro.

La viuda, María del Carmen Ramos, que viajó en el mismo avión de las Fuerzas Aéreas que trasladó el féretro, no dejó de sollozar abrazada a una bandera española y apoyada en uno de sus cuñados. Acompañaron el cadáver 13 familiares y nueve miembros de las Fuerzas Armadas.

El féretro fue introducido en la iglesia de Pillarno entre los aplausos de los numerosos vecinos y amigos que aguardaban bajo la llovizna. Un pelotón militar rindió honores, con una descarga de salvas, al capitán fallecido en el momento de la inhumación del cadáver. El féretro fue transportado a hombros por cascos azules y custodiado por militares del acuartelamiento Cabo Noval, de Noreña (Asturias).

Funeral en Zaragoza

Por la mañana, los funerales por el capitán Fernando Álvarez concentraron a un numerosos civiles y militares en el patio del acuartelamiento de Monzalbarba (Zaragoza). A la sede del regimiento número 12 de Pontoneros y Especialistas, donde el militar estaba destinado, acudieron el ministro de Defensa, Julián García Vargas, el jefe del Estado Mayor del Ejército, Ramón Porgueres y el presidente de Aragón, José Marco, entre otros. La misa córpore in sepulto fue oficiada por José Luis Jiménez-Pérez, quien destacó "la noble misión realizada por las Fuerzas Armadas españolas en Bosnia", que ha costado la vida a Fernando Álvarez, de quien alabó su vitalidad para "defender los ideales de su juventud. No le importó el riesgo", agregó, "porque la misión era de una grandeza inmensurable. Trabajó para la paz".Tras las honras fúnebres, el ministro y el general Porgueres colocaron sobre el féretro la medalla al mérito militar concedida al capitán Álvarez a título póstumo. "Donde hay soldados bajo bandera de la ONU, se impide que la gente muera", indicó García Vargas.

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"Durante el invierno va a morir mucha gente, pero con la acción de las tropas allí destacadas se tratará de que este tiempo sea menos dramático. Por eso es muy importante la presencia de los militares españoles", concluyó.

El ministro de Defensa visitará a los cascos azules españoles en Bosnia el próximo día 13. El 18 de diciembre llegará a la zona el arzobispo castrense, José Manuel Estepa.

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