Al principio de la escapada
Los indicadores muestran una débil recuperación económica auspiciada por el turismo y las exportaciones
Los indicadores económicos de producción y consumo muestran que, por primera vez en un año, el producto interior bruto en los meses de verano registró un crecimiento positivo respecto a los tres meses anteriores del 0,6%. Algo que Economía no ha dudado en afirmar que también pasará, en mayor proporción, en el cuarto trimestre. El cambio de tendencia es débil, pequeño aún, pero parece que sostenido. Turismo, comercio exterior y algo más de actividad interna sitúan cerca la salida de la recesión, pero ello no se va a traducir en un crecimiento elevado y, por tanto, sólo servirá para frenar el aumento del paro, no para crear empleo
Esto es América. O por lo menos lo empieza a parecer. Al menos en cuanto a la medición estadística de la variables económicas. Hasta ahora la evolución del producto interior bruto trimestral se calculaba sobre el mismo trimestre del año anterior. En Estados Unidos esta cifra se hace pública en relación al trimestre inmediatamente anterior y, así, se habla de recesión cuando ha habido tres trimestres consecutivos de caída del PIB y de recuperación cuando esta tendencia se invierte. Es una forma de medir pero, por primera vez, los responsables económicos españoles la están utilizando.Hace ahora algo más de un mes, diversos servicios de estudios privados entre los que cabría citar a Telefónica, basándose en estas mediciones se aventuraban a pronosticar en voz baja que se había roto la tendencia decreciente de la economía, es decir que el tercer trimestre del año había presentado, por primera vez en un año, un perfil positivo respecto al anterior. El Ministerio de Economía, a través del titular, Pedro Solbes, y del secretario de Estado de Economía, Alfredo Pastor, han dado un paso más y cuantificado un crecimiento positivo del 0,6% en el tercer trimestre y una previsión del 1,1 % en el cuarto. Si el primer trimestre de 1994 mantuviera la tendencia se habría acabado la recesión. Otra cosa es cuánta recuperación hay y qué grado de salud presenta la economía española. Porque el crecimiento positivo de unos trimestres sobre los anteriores no esconde que el conjunto del año presenta una tasa negativa de variación del PIB que se situará en torno al 0,8%.
A pesar de la parcialidad y retraso de los indicadores hay algunos suficientemente representativos como para hacerse una idea de cierta solvencia. La economía española viene desde hace ya más de un año ajustando su desequilibrio exterior, medido tanto en términos de comercio exterior como de balanza por cuenta corriente. El nuevo tipo de cambio de la peseta, producto de las tres devaluaciones que se produjeron desde septiembre de 1992, ha permitido incrementar las ventas al exterior, en los diez primeros meses del año, en un 19,3%, mientras que el valor de lo comprado en ese mismo periodo ha permanecido estable.
Mayor estabilidad
La nueva situación de equilibrio, tras el ajuste del tipo de cambio, parece relativamente estable ya que los ritmos de crecimiento de las exportaciones se están produciendo sobre meses de 1992 en los que ya se había empezado a producir una aceleración. El mantenimiento o no de este ritmo de crecimiento de las exportaciones en 1994 separa a los expertos. Mientras Jorge Hay, máximo responsable del servicio de estudios del Central Hispano, considera que "se van a mantener las altas tasas de las exportaciones de este año durante 1994 por el mantenimiento de la ganancia de competitividad de los productos españoles y porque se están abriendo nuevos mercados pujantes", otros analistas, como Ignacio Gómez Montejo de la firma de bolsa FG, matizan esto señalando que "el sector exterior va a seguir mejorando pero menos que en este año". Para Claudio Boada Pallarés, de Lehman Brothers, "la exportación se va a seguir recuperando, lo que supondrá una mayor utilización de la capacidad productiva. El tirón de Inglaterra y USA se va a seguir aprovechando".
Sin embargo los expertos del BCH confían más en los nuevos mercados en expansión que en los tradicionales. Para Agustín del Valle, director del servicio de estudios, "los nuevos mercados, Latinoamérica y Asia sobre todo, serán el puntal del mantenimiento de fuertes tasas de crecimiento de las exportaciones".
China, el resto de los países asiáticos en crecimiento, donde empiezan a dirigirse algunas inversiones españolas, y los países americanos que han salido de la crisis: Chile, México, Argentina, Colombia y en menor medida Brasil, son los principales puntos de mira para los exportadores. En los diez primeros meses las exportaciones a la CE han crecido un 14,4%; al resto del mundo lo han hecho en un 31,8%.
Tradicionalmente una etapa de crecimiento económico fuerte español ha ido acompañada siempre por un aumento mayor de las compras en el exterior generando un desequilibrio creciente de las cuentas exteriores que se suelen saldar con ajustes en el tipo de cambio de la peseta. En los últimos años aún más, dado el alto grado de apertura de la economía española sin apenas restricciones a la entrada de productos extranjeros. Hasta el pasado mes de septiembre las importaciones españolas mantenían tasas mensuales negativas que confirmaban la atonía de la actividad económica.
En septiembre y octubre se ha producido un crecimiento de las compras en el exterior positivo. En septiembre del 11% y en octubre del 8,3%. Son ya dos meses. Cuando se analizó la cifra de septiembre se señalaba "que la tasa de septiembre puede haberse debido a una cuestión monetaria por temor a un dólar más alto en los próximos meses", lo que habría provocado un adelantamiento de los pagos. Pero la cifra de octubre ha permitido ir un poco más allá y que Economía señalara que la clara reactivación de las importaciones, junto a la información suministrada por otros indicadores, son signos de que la economía española está comenzando a registrar un comportamiento más positivo".
El ritmo de las importaciones es, todo caso, menor que el de las exportaciones y así continuará en 1994, según Agustín del Valle "ya que no es previsible que se vaya a producir ni un fuerte aumento del consumo privado ni de la inversión productiva".
Si en la producción industrial las mejoras, leves en todo caso, que se peciben corresponden casi en su totalidad a las exportaciones, en el resto de los sectores productivos la cosas caminan de forma similar. El sector servicios es el que tiene un camino más despejado. El turismo se va a recuperar de forma notable gracias al tipo de cambio de la peseta. Este año ha sido bueno pero el próximo será aun mejor. Los operadores de la islas, principales destinos turísticos, prevén para la próxima temporada la mejor de los últimos años. El ajuste de precios llevado a cabo, junto con el cambio de la peseta, dará unos índices de ocupación espectaculares.
El sector de la construcción era el que se consideraba básico para salir de la crisis. En el modelo normal, una vez reequilibrado el sector exterior, la construcción mediante inyecciones de obras públicas, debe ser el motor de la recuperación. Y de hecho todo se había preparado para que esto empezara a dar sus resultados en la segunda parte del año actual. En el primer semestre, la licitación de nueva obra pública ha sido muy fuerte de cara a que se crearan nuevas expectativas que movieran algo la inversión. No ha sido. así y ello "puede deberse como señalan los técnicos de Obras Públicas", según medios privados, "a que ha aumentado el tiempo que transcurre entre la licitación, el inicio de la obra y sus repercusiones económicas". Según el BCH, "este retraso en dejarse notar los efectos puede deberse a que las obras tienen un periodo mayor de maduración".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.