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Se ahorca en Carabanchel el masajista que mató a un homosexual

José Miguel Matía Pardo, el falso masajista que ingresó en prisión el 23 de noviembre acusado de matar a un homosexual, murió ahorcado en su celda de la cárcel de Carabanchel el pasado lunes, día 29. Antes de quitarse la vida, Matía Pardo dejó escritas dos cartas: una dirigida a su familia y otra al juez de vigilancia penitenciaria número 1 de Madrid.En ambas misivas, según ha sabido EL PAÍS de fuentes judiciales, Matía Pardo, de 27 años, exculpa a los compañeros de celda de su muerte, se ratifica en la declaración que prestó ante la policía reconociendo su intervención en la muerte del homosexual e indica que ha decidido ahorcarse porque es dueño de su persona y, como tal, puede hacer con su vida lo que desee.

El suicidio de Matía Pardo, adelantado ayer por la agencia Efe, se produjo sobre la una de la tarde del pasado lunes, seis días después de que la policía le detuviese por haber asfixiado a un hombre homosexual de 46 años. El cadáver de este hombre fue encontrado en su casa del centro de Madrid, desnudo y con las manos y el cuello atados por una cuerda. En un principio, la policía pensó, dada la forma en que fue hallado el cuerpo, en que podía tratarse de una muerte accidental provocada mientras el fallecido practicaba juegos sadomasoquistas. Sin embargo, esa posibilidad quedó descartada al poco de iniciarse la investigación.

El homicida había cumplido, siete meses antes, una condena por otro asesinato. El pasado lunes aprovechó una hora -la una de la tarde- en la que estaba solo en su celda para unir varias cuerdas de persianas de la celda y ahorcarse. Fuentes de la Secretaría de Estado de Asuntos Penitenciarios indicaron ayer que el recluso mantuvo una conducta normal desde que ingresó en Carabanchel a raíz del homicidio del homosexual.Robo de dos tarjetas

El preso fue detenido por la policía el pasado 23 de noviembre en una sucursal bancaria de la madrileña calle de San Bernardo, pocas horas después de haber cometido el crimen. Intentaba sacar dinero con una tarjeta de crédito robada a su víctima para comprar una bicicleta de montaña. En realidad, le sustrajo dos tarjetas, aunque anuló una de ellas.

El homicida entabló relaciones con su víctima, Antonio S., a través de los anuncios que publicaba en revistas para homosexuales en las que ofrecía sus servicios como masajista profesional.

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Según fuentes jurídicas, Matía Pardo declaró a la policía que había matado al homosexual durante un forcejeo que mantuvo con él después de que éste le propusiera mantener relaciones sexuales.

La policía sospecha, no obstante, que el móvil del crimen fue el robo, ya que intentó sacar dinero con una de las dos tarjetas sustraídas.

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