'La cogestión no funciona'
Donges, el más flexible del llamado Comité de los cinco sabios, que elabora las previsiones económicas de Alemania, es también el más liberal. En el sanedrín de la política monetaria y fiscal de los Doce, la crisis exige férrea disciplina monetaria -"la del Bundesbank que preludia a la postre los márgenes de maniobra fiscal de los países del entorno"- y la mano del bisturí: "Atajar el gasto, también las partidas destinadas a servicios sociales".
"La cogestión no funciona, En Volkswagen, la participación de los sindicatos en los órganos de dirección de la empresa ha permitido que se traslade a la cuenta de resultados el coste de los esquemas del Estado benefactor" . Con este esquema, el prestigioso economista germano circunscribe el afórismo de una decadencia recurrente y anunciada por muchos como la inevitable quiebra del modelo del bienestar. Partiendo de un respeto exquisito y demasiado temeroso por el Bundesbank, los Cinco sabios han implantado el rigor científico sobre la clarividencia milenaria de los augurios.P. La Volkswagen de hoy es el paradigma de un modelo económico que inventó el democristiano Conrad Adenauer y concretó el socialista Willy Brand.
R. En el Consejo de Vigilancia de Volkswagen están los representantes de IG Metal. Conocen las cuentas de resultados y, sin embargo, permiten que esta compañía tenga ganancias a partir de una ocupación del 90% de su capacidad productiva, mientras que el promedio en el sector industrial es del 60%. Cuando falta un poco de demanda, la empresa entra en pérdidas.
P. ¿La crisis de Seat expresa la transferencia de estos problemas hacia la periferia del grupo?
R. No. El problema de Seat no viene de fuera. Seat es una de tantas empresas europeas que atraviesa serias dificultades.
P. Las enormes pérdidas del grupo Thyssen, el ajuste de Mercedes Daimler-Benz, la propia Volkswagen, las caídas en los resultados del lobby químico de los Bayer, Hertz y BSFA, que componen la antigua y poderosa IG Farben. Todos son indicios de un crisis industrial sin precedentes en Alemania.
R. Es el desplome más fuerte desde la posguerra mundial. Pero conviene explicarlo. A raíz de la unificación, Alemania alcanzó una utilización del 1001/6 de su capacidad industrial. Después, cubiertas las necesidades básicas de la ex Alemania Oriental, el país se ncorpora al realineamiento coyuntural de toda Europa y va bajando, pero se desliza desde arriba. Es decir, estamos sufriendo aun nivel de bienestar muy alto con una renta per cápita como en 1990. Las empresas están realizando ahora ajustes importantes derivados de la sobredimensión alcanzada en los ciclos altos.
P. ¿Cómo caracteriza esta situación?
R. Estamos atravesando lo que llamamos la reinigen krisis, es decir, la crisis de limpieza. Las empresas aprovechan para deshacer subcontratos de menor importancia y para ajustar servicios y prestaciones más superficiales aplicando fórmulas japonesas muy drásticas. La gente lo acepta porque sabe que en dos años seremos el país más saneado del mundo. Otros países que no afronten con crudeza la situación perderán el paso.
P. Sin embargo, la reinigen puede sembrar de cadáveres el campo de batalla cuando el paro real en Alemania se acerca a seis millones de personas.
R. El sistema de subsidios es muy completo y nos permitirá salir del paréntesis. Por otro lado, no existe una radicalización de los conflictos sociales y está descartado cualquier tipo de vinculación entre el problema económico y el discurso nacionalista de la ultraderecha intolerante o de los grupos racistas.
. P. ¿Es más urgente la reforma del mercado laboral en España que en otros países del entorno?
R. Sí; pero no porque lo digan las multinacionales, sino para que el que busque trabajo lo pueda encontrar. Quiero que cuando una persona busca trabajo no le digan: "No puedo contratarte ahora porque si mañana las cosas van mal no te voy a poder despedir". España comparte con otros países de la CE las rigideces del mercado laboral. Desregular este mercado no es un tema específicamente español. Toda la Comunidad Europea está igual. El informe que presentará la Comisión en la próxima cumbre hace hincapié en los altos costes laborales, que han ido subiendo no por la vía salarial, sino por un exceso de regulación.
P. ¿Qué le parece el controvertido contrato de aprendizaje, que los sindicatos españoles consideran casi manchesteriano?
R. Estamos en la Comunidad Europea y nadie quiere rebajar sus rentas; no vamos a competir con Polonia o con Corea por salarios, no señor. Competiremos por calidad en el trabajo, por cualificación. En el reglamento que hoy se presenta, en España se dice que no se puede hacer el contrato de aprendizaje a un señor con título; pero ¿por qué no?; ¿qué es un título?
P. ¿Se puede hablar de recuperación en Estados Unidos e Inglaterra?
R. No hay síntomas de recuperación, sino solamente focos de dinamismo. No hay una locomotora como en crisis pasadas. Alemania, desde luego, no lo será.
P. El último informe del Consejo Económico alemán propone mayor disciplina para combatir las hemorragias de los gastos públicos. Más de lo mismo.
-R. Proponemos controlar los déficit, pero no por la vía fiscal porque eso desincentiva el ahorro. Pero no atajar el gasto en todos los casos, sino sólo el gasto consuntivo. Y no tienen por qué ser tan intocables las partidas destinadas a gastos sociales.
P. ¿Comparte usted el optimismo de las últimas horas en las negociaciones del GATT?
R. El acuerdo debe firmarse para crear un efecto de confianza psicológica en la economía mundial.
P. ¿Qué opina sobre la posición de Francia en el acuerdo blair house?
R. No la comparto.
P. Alemania no tiene que proteger campesinos airados.
R. También los tiene.
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