"El cambio en México es para peor"
Hijo del general Lázaro Cárdenas, el presidente que nacionalizó el petróleo en México, Cuauhtémoc Cárdenas se encuentra en la fase preliminar de su campaña electoral, pese a que aún no se ha producido el destape del Partido Revolucionario Institucional (PRI).Ingeniero civil de 59 años, el candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD). recibe a EL PAÍS en Aguascalientes, uno de los 31 Estados mexicanos al que tendrá que volver en múltiples ocasiones antes de las elecciones presidenciales, previstas para agosto de 1994 Cárdenas revela que el PRI) lleva ya cobrados 250 muertos, crímenes que permanecen impunes.
Pregunta. ¿Qué le anima a competir nuevamente?
Respuesta. Regreso a la contienda electoral como parte de ese esfuerzo del PRD y del movimiento democrático de este país por alcanzar el cambio. Me toca por segunda vez, pero si hubiera sido otro compañero el elegido yo estaría igual que ahora: con mi mismo ánimo, con la misma lucha y apoyándole. No soy de los que ven en los seis años de Gobierno un proyecto de vida.
P. Han pasado ya cinco años y usted sigue sin reconocer a Salinas como presidente de México.
R. Yo reconozco que él gobierna. Ahora bien: no puedo reconocer que ganó con votos. Una cosa es gobernar y otra llegar al poder como lo hizo. Las circunstancias del país y la forma en que entonces se desarolló la lucha política permitieron que se impusiera la arbitrariedad.
P. Estamos en 1993 y hay algo evidente: el México de hoy no tiene nada que ver con el de 1988.
R. Claro que hay cambios, pero para peor. Tenemos una ley electoral mucho más restrictiva y que ha cerrado espacios democráticos. Sufrimos un retroceso, tanto desde el punto de vista legal como en las prácticas. Ahora el fraude se hace de forma sofisticada.
P. Pero, ¿dónde están las pruebas de ese fraude?
R. Están por todos lados. Lo que ocurre es que los recursos no prosperan o, mejor dicho, alguien no quiere que prosperen. Equipos de investigación de diferentes universidades, tanto mexicanas como extranjeras, han revisado el padrón electoral y han encontrado que el 20% de los nuevos inscritos tiene alguna irregularidad. Este porcentaje es altísimo, ya que si se le suma otro 20% de censados que vienen arrastrando irregularidades y ese 10% que, según el Gobierno, se ha quedado fuera, nos encontramos con que 20 millones de personas se quedan sin votar.
P. Parece que no le ha hecho mucha gracia que se apruebe el Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU y Canadá.
R. Lo que no me hace gracia es este tratado en concreto. Hay que aclarar las cosas: nosotros estamos a favor de una inserción de México en las corrientes mundiales de globalización y por buscar que nuestra economía pueda tener presencia en los mercados extranjeros o que la de otros países la tengan en el nuestro. Pero todo eso tiene que darse en condiciones de equidad.
P. ¿Quiere decir que este acuerdo perjudica a México?
R. Este tratado deja a México en condiciones muy desfavorables y de subordinación a Estados Unidos. Con tal de conseguir los últimos votos de los congresistas norteamericanos, el Gobierno de Salinas de Gortari hizo concesiones que dejan a los productores mexicanos en condiciones nada ventajosas. Yo creo que se debería haber considerado el establecimiento de períodos de apertura o desgravación más largos para productos como los cítricos, el vidrio, los jitomates o el ganado, entre otros.
P. 0 sea, que no se barrió para casa.
R. El Gobierno mexicano no puso condiciones compensatorias. Los negociadores del TLC han trabajado sobre la base de que los tres países tienen economías iguales y esto no es cierto. La economía de México es completamente distinta a las de Canadá y Estados Unidos. No somos iguales ni por la productividad general, ni en cuanto inversión en planta productiva, ni por la inversión en infraestructuras, ni por los salarios o las condiciones en que se desempeñan los trabajadores.
P. ¿Le preocupa coincidir en el no con gente como Ross Perot?
R. No me preocupa, porque la situación es distinta. Hasta donde yo entiendo, el no de ellos es absoluto y el nuestro es relativo. Estamos a favor de un TLC con Estados Unidos y Canadá, pero no con que las ventajas se las lleven ellos y las desventajas nosotros.
P. Hay mucha gente que ve detrás de Cárdenas desorden y hostilidad.
R. Ésa es una visión totalmente equivocada y seguramente difundida por la propaganda oficial. Justamente lo que queremos es traer orden a este país, que no haya corrupción y que deje de haber en los funcionarios ese manejo patrimonialista que hacen de los recursos nacionales.
P. A su partido se le acusa de ejercer violencia.
R. ¿Violencia? Si se ejerce contra alguien es contra nosotros. Y de muy diverso tipo: desde tener a un pueblo muerto de hambre, enfermo y carente de servicios educativos, que es un tipo de violencia indirecta, hasta asesinamos a los militantes. Llevamos ya 250 asesinatos impunes de personas relacionadas con el PRD.
P. El tercer partido político en litigio: el Partido de Acción Nacional (PAN). ¿Lo considera enemigo?R. Hasta donde hemos visto, la actitud, tanto de la dirección del PAN como de su candidato, Diego Fernández de Cevallos, es de franco apoyo al Gobierno del PRI. El candidato ha llegado a decir en los últimos días que si gana proseguirá la política de Carlos Salinas. Por supuesto que nosotros iremos contra todo aquel que apoye la política oficial.P. El Gobierno ha propuesto un pacto entre todos los partidos para que se respeten los resultados.R. Aquí el único pacto posible es sobre la transparencia electoral. Lo ha propuesto el PRI) y significa limpiar el padrón; que la autoridad electoral no sea juez y parte, como hasta ahora; garantizar el acceso equitativo de los partidos a los medios informativos; transparentar los recursos, y sacar de los organismos electorales a gente que procede de la Policía Judicial. La verdad es que este tipo de gente, que sabemos a quién va a obedecer y cómo va a proceder, no es la más adecuada para encargarse del manejo electoral.
P. En 1988 el país se volcó con Cárdenas. ¿Qué va a pasar ahora?
R. El agrupamiento es mayor que el de 1988 y yo ya preveo que el voto real va a ser superior. En aquella ocasión, pese a que nos adjudicaron el 31,06%, obtuvimos el 45%. Quiero que se sepa que el primer objetivo de nuestra participación electoral en 1994 s lograr el respeto del voto.
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