Primera huelga general en Bélgica en más de 50 años
La huelga general convocada por los sindicatos socialista (FGTB) y socialcristiano (CSC) belgas paralizó ayer totalmente la vida económica y comercial de Bélgica, en protesta por el plan de austeridad elaborado por el gobierno de centro-izquierda que preside Jean-Luc Dehaene. El citado plan congela los salarios, recorta prestaciones de la seguridad social, aumenta los impuestos indirectos y eleva los impuestos sobre la propiedad. Esta es la huelga general de mayores dimensiones desde 1936, según aseguraron ayer varios medios de comunicación del país.La huelga de ayer paralizó las grandes cuencas industriales, el puerto de Amberes, el aeropuerto de Zaventem en las afueras de Bruselas, los transportes públicos, el correo, la administración y la enseñanza públicas y las grandes superficies comerciales.
El seguimiento del movimiento huelguístico fue más desigual, sin embargo, en el pequeño comercio y en las pequeñas y medianas empresas. Se extendió también a la radio y a la televisión públicas y a la prensa francófona. La prensa flamenca, al igual que la extranjera, no llegó a los quioscos.
Diálogo
Esta es la tercera jornada de huelga contra el plan de austeridad elaborado por el Gobierno que vive Bélgica y forma parte de una estrategia concertada entre los dos poderosos sindicatos para presionar al Gobierno de Jean-Luc Dehaene. El día 10 de diciembre, coincidiendo con la celebración del Consejo Europeo en Bruselas, los sindicatos quieren culminar el plan de huelgas parciales y generales contra el Gobierno con otro gran paro.
La presencia de piquetes de trabajadores con banderas de sus respectivos sindicatos dio lugar a incidentes violentos, principalmente en los alrededores del aeropuerto de Zaventem. Ante la magnitud de los hechos, el Gobierno ha comunciado que desea reemprender el diálogo con los sindicatos de manera inmediata. Por ello, ha convocado a losresponsables de las centrales sindiclaes para el próximo martes. Un día antes, el lunes, efectuará consultas con los empresarios. El primer ministro Dehaene ha manifestado, no obstante, que la reapertura del diálogo que quiere emprender con los sindicatos no significa realizar concesiones a los sindicatos.
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