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Olot protesta en silencio al cumplirse un año del secuestro de la farmacéutica

Toda la población de Olot quedó paralizada. Ayer, cuando se cumplía exactamente un año del secuestro de la farmacéutica Maria Àngels Feliu, la ciudad dejó de funcionar y guardó silencio durante cinco minutos cuando el reloj marcó las doce de la mañana. Cinco intensos minutos en los que los 27.000 habitantes de Olot se solidarizaron con el dolor de la familia, al tiempo que mostraban su protesta por la prolongada ausencia forzosa de un miembro de la comunidad.

La detención de dos personas en relación con el caso ha vuelto ha conmocionar a la ciudad, aunque hasta el momento los acontecimientos no han despejado la principal incógnita: el paradero de Maria Àngels.Los único que se movió en Olot fueron las campanas de la iglesia de Sant Esteve, que repicaron a lo largo de los cinco minutos. El bullicio del mercado quedó interrumpido, los niños abandonaron sus juegos, las tiendas cesaron en su actividad, la cháchara de los bares se acabó bruscamente, la circulación viaria se interrumpió y fueron muchos los vecinos de Olot que llenaron calles y plazas en un silencio sobrecogedor.

Los habitantes de la ciudad volvieron a salir a la calle para mostrar su repulsa por un secuestro que, a juicio de todos, "ya dura demasiado". Lo mismo hicieron, en masa, el 5 de diciembre del pasado año, cuando 11.000 personas se manifestaron en Olot para pedir la liberación.

Ante el Ayuntamiento se concentraron ayer en silencio el alcalde, Pere Macias, de CiU, y todos los concejales del Consistorio. El acto de protesta, convocado por el Ayuntamiento, fue enjuiciado como un "símbolo del sentimiento de solidaridad de los olotenses con la familia".

Con motivo del aniversario del secuestro, el portavoz de los Feliu, Joan Capdevila, celebró el viernes una rueda de prensa para reiterar su intención de contactar con los "verdaderos" secuestradores como "única vía" de liberar a Maria Ángels.

A juicio del portavoz, las últimas detenciones hasta el momento sólo han traído "confusión" a la familia, puesto que no han conducido hacia la secuestrada. De no demostrarse lo contrario, la familia mantiene la esperanza de encontrarla viva y se niega a dar crédito a las declaraciones del delator de los detenidos, Francisco Evangelista, quien asegura que la farmacéutica fue asesinada por sus captores y está enterrada a unos 20 kilómetros de Olot.

Sobre la implicación de los detenidos, Xavier Bassa y Joan Casals, en el secuestro, Capdevila se mostró cauto. La familia, que se sitúa premeditadamente al margen del sumario judicial y de las investigaciones policiales, considera factible que los detenidos sean tan sólo la periferia de la organización del secuestro y que el núcleo del mismo tenga aún en su poder a Maria Ángels.

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