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"Mi dimisión quiso Iimitar los daños" al Gobierno, dice el ex ministro del Interior Seiters

Javier Moreno

Si algo ha aprendido Rudolf Seiters es a ser cauto. El ex ministro de Interior alemán, que dimitió tras la muerte de Wolfgang Grams, un miembro del grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo (RAF), en un enfrentamiento con la policía en la estación de ferrocarril de Bad Kleinen en julio pasado, mide sus palabras, revuelve papeles y consulta notas antes de contestar a cualquier pregunta. "Mi dimisión quiso limitar los daños" al Gobierno, asegura.Seiters, que se ocupa ahora de asuntos de su partido, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) del canciller Helmut Kohl, pasó esta semana por Madrid para asesorar al Partido Popular en cuestiones de interior. En una conversación con EL PAÍS, el político alemán asume el desaguisado de la policía en el incidente que le costó el cargo. "En la intervención de Bad Kleinen se cometieron errores; hubo equivocaciones", reconoce sin ambages.Precisamente: ayer se conocieron los resultados del tercero de los informes pedidos por el Gobierno alemán para aclarar la muerte de Granis y, como los dos anteriores, niega las versiones de algunos testigos de que un miembro de las fuerzas especiales antiterroristas, los GSG-9, ejecutó a sangre fría a Granis de un disparo a bocajarro en la sien. El Instituto Forense de Zurich, en Suiza, indica que no hay elementos que apoyen esta versión y apunta que lo más probable es que Granis se suicidase con su propia arma tras haber dado muerte a uno de los policías que intentó detenerlo, informa J. M. Martí Font.

"Mi dimisión significó un intento de limitar los daños" asegura. Pero vistos los resultados de las encuestas sobre la muerte de Grams, adquieren más consistencia los rumores que en Bonn aseguraban que el político democristiano, en realidad, aprovechó aquella ocasión para alejarse de la política.

Pero no lo ha hecho del todo: la fidelidad del canciller le permite seguir contando en la CDU, un partido que se ve debilitado frente al maratón de 19 elecciones que se avecina en Alemania por las diferencias en su seno, cada vez más públicas, sobre Europa y Maastricht.

Seiters lo niega. Sortea la reciente intervención en el Parlamento alemán de Edmund Stoiber, líder de la Unión Social Cristiana (CSU), socio en el Gobierno de Bonn, que lanzó un duro ataque a la voluntad europeísta de Kohl. Ignora las declaraciones del candidato de su partido, Steffen Heitmman, en las que criticaba a Maastricht, y hace oídos sordos a las opiniones de diputados de la CDU que dudan sobre la viabilidiad de una moneda única europea. "La Europa que propugnamos debe estar cerca de los ciudadanos, ser federal y de las regiones: no hay diferencias de opinión, ni en el Gobierno ni en el partido", sentencia.

La violenta actividad de los radicales de derecha en Alemania., causada en su opinión por la excesiva generosidad de la legislación sobre asilo político, "ha sido el problema en política interior más acuciante en los últimos tiempos". Pero Seiters afirma que ya se han sentado las bases para solucionarlo.

"Hemos conseguido reformar la Constitución [para restringir el derecho de asilo] con una amplia mayoría y, gracias a Dios, ya hemos observado una atenuación del conflicto político". Con ello, cree Seiters, ya se ha ganado la mitad de la batalla electoral contra los radicales. "Querernos obstaculizar que partidos radicales de derecha entren en el Parlamento porque no ofrecen soluciones a los problemas de una sociedad industrial moderna".

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