Griñán descarta una reducción del tiempo de trabajo mediante una ley

El ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, aseguró ayer en el Senado que el Gobierno descarta imponer una reducción del tiempo de trabajo mediante una ley o un acuerdo interconfederal, sencillamente porque se trata de una medida que requiere ser estudiada empresa por empresa. Posteriormente, Griñán afirmó que la reforma laboral se aprobará, con o sin pacto, en el Consejo de Ministros más próximo al día 30 de noviembre, fecha límite para concluir las negociaciones.

El ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, condicionó, en la respuesta a una interpelación del grupo popular en el Senado el reparto del trabajo a un aumento de la competitividad de la economía española y a una mejor organización de la producción.El senador popular Francisco Utrera tildó de frivolidad la sugerencia inicial del PSOE de reducir la jornada laboral y, proporcionalmente, los sueldos por estimar que la aplicación de esa propuesta pondría en peligro la financiación de las prestaciones sociales, aparte de afectar a los empleos menos cualificados de la industria y de una parte de los servicios.

Según Utrera, la reducción de la jornada laboral depararía al Estado una reducción de sus ingresos de un billón de pesetas debido a la disminución de las cotizaciones a la Seguridad Social así como del pago de impuestos por parte de los trabajadores, entre otros motivos.

Griñán reprochó a los populares que hayan reducido este debate a la caricatura, e incluso que hayan tachado la propuesta inicial del PSOE de estupidez, en expresión del presidente del PP, José María Aznar. El ministro matizó que una de las claves para mejorar la distribución del trabajo radica en tomar como punto de referencia la organización de ese tiempo de trabajo y no la jornada laboral. Puso como ejemplo el que una empresa que necesita producir las 24 horas del día puede organizar sus turnos en periodos de seis horas en vez de ocho.

Griñán señaló que la mera reducción de jornada y salario puede, a lo más, mantener el empleo pero no contribuye a crear nuevos puestos de trabajo. "Por consiguiente", arguyó, "el objetivo fundamental de la política de empleo y del reparto de éste, no puede ser otro que el de incrementar la eficiencia de nuestro sistema productivo. Esa mayor eficiencia es la que nos tiene que situar en disposición de repartir más trabajo entre más población activa".

"Por tanto", continuó Griñán, "no se trata de repartir el trabajo disponible, sino de producir más y mejor para crear más empleo y a medida que se cree repartirlo al mayor número de trabajadores". Aunque advirtió que el Gobierno no hará una propuesta concreta en este asunto hasta que el PSOE acuerde cuál es su posición definitiva, adelantó que es necesaria una moderación salarial y la reinversión de los beneficios empresariales. Asimismo, defendió el establecimiento de un cómputo anual del tiempo de trabajo.

La reforma del mercado laboral la abordó el ministro más tarde en el primer aniversario del Consejo Económico y Social (CES), informa Carmen Parra. Griñán aseguró que "el consejo de ministros más próximo al día 30 de noviembre [se entiende que será el día 3 de diciembre] aprobará el texto articulado de la reforma laboral", con o sin consenso, dijo. En el mismo foro, el presidente del Tribunal Constitucional, Miguel Rodríguez Piñeiro, destacó el papel del CES como complemento del diálogo entre los interlocutores sociales y sus "objetivos de defensa del Estado Social".