La movilización de Seat reúne en Barcelona más manifestantes que el Primero de Mayo

La amenaza sindical de que el cierre de la fábrica de Seat en la Zona Franca puede producir una conmoción social tuvo ayer su primera confirmación. La jornada de movilizaciones de Seat batió récords de participación. Más de 25.000 personas -una cifra que no se registraba en los últimos años ni en las concentraciones del Primero de Mayo- se manifestaron ayer en Barcelona. En los cuatro centros de producción de Seat -Landaben, El Prat, la Zona Franca y Martorell-, el 100% de la plantilla, secundó la huelga convocada. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se negó a recibir a los representantes sindicales de Seat.

La calle fue ayer el escenario de un renovado empuje reivindica tivo en el sector del metal. A pocas horas de la primera reunión de los representantes sindicales con el recién nombrado presidente de Seat, Juan Llorens -prevista para el próximo jueves-, la plantilla de Seat en pleno se opuso frontalmente a los planes de Volkswagen. El con sorcio alemán exige 9.000 bajas laborales en la factoría de la Zona Franca, distribuidas del si guiente modo: 1.500 contratos temporales no renovados; 3.000 prejubilaciones incentivadas y 4.500 empleos que serían segregados de la plantilla y pasarían a formar parte del parque industrial de proveedores cuya constitución promueve la Generalitat.Sobre los ecos de la movilización, el presidente de Seat sorpendió en Pamplona al manifestar que la jornada de huelga ha costado "a la empresa 800 milones de pesetas". Llorens senteció: "si el dinero que se dispone para arreglar el balance y solucionar los problemas de reestructuración lo gastamos en otras cosas, no nos quedara dinero".

La primera gran manifestación de los trabajadores de Seat tras el estallido de la crisis de la empresa colapsó durante más de tres horas el centro de Barcelona y finalizó ante el Palau de la Generalitat. Entre una infinidad de gritos de "Seat sí, López no", representantes de los sindicatos CC OO, CGT y UGT en la Zona Franca entregaron un documento a responsables de la Generalitat en el que exigían que Volkswagen "cumpla los compromisos adquiridos el pasado 21 de abril, que suponen nuevas inversiones y la fabricación de nuevos modelos en sustitución de los actuales". Jordi Pujol no recibió a la plantilla de la Zona Franca, pero quien sí lo hizo fue el presidente del Gobierno foral de Navarra, Juan Cruz, que trató con la plantilla de Landaben el futuro de la factoría. En Pamplona se manifestaron 5.000 personas.

En la primera jornada de movilización de todos los trabajadores de Seat participaron el secretario general de UGT en Cataluña, José María Álvarez; el secretario general del metal en Cataluña del mismo sindicato, Manuel Fernández Lito, y su homólogo en CC OO, Simón Rosado; destacados políticos catalanes como el primer secretario del Partit dels Socialistes (PSC), Raimon Obiols, y el presidente de Iniciativa per Catalunya (IC), Rafael Ribó, así como la mayor parte de los alcaldes de la comarca del Baix Llobregat. Jordi Pujol criticó el gesto de Obiols de acudir a la manifestación y emplazó al Gobierno "a que diga que piensa hacer para ayudar a los trabajadores de Seat".

Enrique Montoya, expresó su malestar con el presidente del Ejecutivo catalán: "Si ha tenido tiempo para recibir al nuevo presidente de Seat, creemos que debería haber hecho lo mismo con nosotros". A juicio del dirigente sindical, la concentración fue un gran éxito: "Queremos demostrar al Gobierno central que estamos por la defensa de nuestros puestos de trabajo".

El secretario general del metal de CC OO, Juan Ignacio Fernández Toxo, afirmó: "Nos gustaría que a través de las negociaciones no tuviéramos que llegar al paro del miércoles próximo, pero me temo que eso no va a suceder".

Por su parte, el responsable de la sección sindical de CC OO en Seat, Alfonso Rodríguez, dijo que las declaraciones del Gobierno catalá n favorables al parque industrial alternativo a la factorí de Zona Franca "hacen un flaco favor a los trabajadores".