Los comisarios del futuro
El capítulo más espinoso en el cambio de la política española hacia la flamante Unión Europea es el que se refiere a los dos comisarios que componen la representación española en el órgano central de la CE. Abel Matutes por el PP y Manuel Marín por el PSOE llevarán ambos ocho años en el momento en que termine su mandato la Comisión que preside Jacques Delors.Los comisarios, que ejercen como ministros comunitarios, actúan colegiadamente, y, en teoría, no deben defender los intereses de su propio país, sino los de la CE. En la realidad son la imagen más visible de cada uno de los países, y como tal se suele juzgar su comportamiento y su valía.
Abel Matutes aseguró en 1992 que no deseaba seguir en 1995, cuando se produzca la renovación de la Comisión. Marín también realizó manifestaciones parecidas, pero recientemente ha expresado en público su intención de repetir para cinco anos más, con la explicación de que podría servir para que España retuviera una de las dos vicepresidencias previstas en el Tratado de Maastricht. El Gobierno no ha dicho esa boca es mía.
El panorama parlamentario español y la compleja política de alianzas generada por las últimas elecciones pueden producir, sin embargo, cambios radicales respecto a los dos comisarios.
Una de las teorías sostenida por altos funcionarios españoles es que el número dos de Convergència, Miquel Roca, sería en las actuales circunstancias el mejor candidato español. A su valía personal se juntan sus dificultades para avanzar en la política bajo el tapón que es el número uno, Jordi Pujol, y el agradecimiento del Gobierno ante sus esfuerzos para acercar a CiU y PSOE.
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