El 'rey' del puente
Un grupo de occidentales llega a un puente cerca de Mostar. Lleva, los papeles en regla. Con la bandera croata como membrete y la firma de Mate Boban, el presidente de la Herzegovina croata, por salvoconducto. En la carretera, un sargento de barba de dos días, con el rakya (aguardiente) desbordándole los ojos, detiene la comitiva ayudado de su Kaláshnikov. Tras leer la documentación con fingido interés, la rompe en mil pedazos. "Díganle a Mate Boban que aquí mando yo". Él es el rey del puente.Las carreteras de Bosnia están repletas de reyezuelos capaces de robar o de sonreír en un súbito cambio de humor. Los convoyes humanitarios lidian con sargentos de galones descosidos, que con sus peros dejan sin cena a miles de civiles. Los generales se enfrentan a una soldadesca indisciplinada que ha aprendido a luchar matando sin remordimiento. Sus órdenes, que deben superar líneas telefónicas quebradas y frentes de batalla, terminan siempre en el mismo sitio: en la papelera del rey del puente.
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