Los socialistas europeos aprueban un programa común para las euroelecciones

El primer congreso ordinario del Partido de los Socialistas Europeos (PSE) aprobó ayer en Bruselas el programa electoral común que utilizarán todos los partidos de los Doce para las elecciones europeas del próximo mes de junio. El manifiesto electoral apuesta por el reforzamiento de la Unión Europea, alerta contra el racismo y se centra en la lucha contra el desempleo y el mantenimiento del Estado de bienestar.

El PSE ha evitado cuidadosamente tomar posiciones tajantes sobre las principales cuestiones polémicas de la política europea, como el acortamiento de la semana laboral o la guerra en la ex Yugoslavia. Con la celebración del congreso, el PSE ha lanzado una campaña de publicidad electoral, que ya puede verse en las calles de la capital europea, con el lema: "En Europa, todos tienen derecho a un futuro más rosa" sobre la foto de una gran rosa roja.Ninguno de los tres primeros ministros socialistas de los Doce, el griego Andreas Papandreu, el danés Poul Nyrup Rasmussen y el español Felipe González, participaron en la reunión, a la que tampoco asistió el presidente de la Comisión, Jacques Delors, que debía pronunciar el discurso de apertura. El congreso ofreció un claro contraste con las asambleas de sus rivales del Partido Popular Europeo, que suelen ser auténticas exhibiciones de poder gubernamental, bajo la presidencia del canciller alemán, Helmut Kohl.

El único primer ministro presente fue una mujer, Gro Harlem Brundtland que preside el Gobierno socialista de Noruega. Su partido se halla integrado en el PSE a título de futuro miembro de la Unión Europea, como sucede con los socialistas austríacos, finlandeses y suecos. El ex primer ministro francés Michel Rocard se contaba entre las personalidades más destacadas de la reunión, junto al ministro de Exteriores de Bélgica y ahora presidente de turno del Consejo de la Unión, Willy Claes, que actuó de anfitrión.

Participación sorprendente

La delegación española, encabezada por la secretaria de relaciones internacionales, Elena Flores, contaba con dos participaciones sorprendentes, la del ex ministro y jefe de fila de los renovadores, Joaquín Almunia, y la del ex eurodiputado de Izquierda Unida, Fernando Pérez Royo. Almunia participa en un grupo de trabajo socialista sobre cuestiones de empleo, cuya reunión ha coincidido con el congreso, y Pérez Royo ha participado en la elaboración del programa europeo, a pesar de no tener siquiera carné del PSOE.

La delegación española reconoció la indefinición del programa, aunque argumentó que es imprescindible para hallar un enunciado común útil para los partidos de doce países.

Numerosos líderes, entre los que destaca el propio Rocard, señalaron que "hace falta un relanzamiento de la demanda" y llamó a la realización de "políticas keynesianas" a nivel europeo. El secretario de los socialistas franceses lanzó hace escasas semanas la sugerencia de realizar un empréstito europeo por valor de 50.000 millones de ecus (7,5 billones de pesetas) para financiar infraestructuras e impulsar la actividad en toda Europa.

La idea ha empezado a abrise camino, principalmente en el grupo de trabajo que preside el ex ministro sueco Allan Larsson, que presentará una alternativa socialista de crecimiento para Europa en el mes de diciembre. Joaquín Almunia, que trabaja en este grupo, aseguró ayer que consideraba más importantes el crecimiento de la inversión pública y privada y la mejora del funcionamiento del mercado de trabajo que el debate sobre el acortamiento de la jornada o de la semana laboral.