"Getafe está lleno de luz y sombras"
Al sur de Getafe, en un lugar delimitado por la autovía de Toledo y el ferrocarril, reina un mago escuchapenas. De su chistera saca cada día, desde hace 18 años, pócimas de cariño, palabras de consuelo y consejos carentes de palabras.Por su retina y su corazón han pasado millares de jóvenes tocados por el hechizo triste de la droga. Muchos han muerto, pero el puñado que ha logrado sobrevivir arropa cada mañana a este hombre de 60 años, que hace dos logré movilizar a más de un millar de personas para impedir que el obispado le trasladara de iglesia. Su cueva de los milagros está en la parroquia de Fátima-La Alhóndiga, un lugar donde los trabajadores, forjados a golpe de sindicato, muerden hoy la hiel del paro. Le llaman el cura rojo. A él, con Pedro le vale.
Pregunta. ¿Se necesitan milagros en la parroquia de Fátima?
Respuesta. Lo que el barrio necesita es solidaridad. Todos estamos implicados en el problema de la droga, y la parroquia tiene que atender esto.
P. ¿Da consejos a los jóvenes que llaman a su puerta?
R. Yo no soy quien para aconsejar. Cada mañana me digo que sólo seremos capaces de mantener la ilusión contra todo fracaso y destrucción compartiendo de manera solidaria cada pena, cada fracaso.
P. ¿Qué diferencia al Getate de 1975 y al de ahora?
R. Sin duda, la capacidad de movilización. Cuando yo llegué, estaba a punto de morir Franco, y en esa época el barrio, formado por emigrantes, era punta de lanza de la lucha obrera. Nada más llegar, una comisión de la fábrica de Kelvinator me pidió la iglesia para encerrarse y, claro está, accedí. Ahora hay una pérdida importante de valores marcada por la ambición de tener y la frustración que produce el no poder alcanzar lo que venden tan fácilmente. Se perdieron muchas cosas en el camino y además llegó la heroína...
P. ...que ha hecho estragos en la zona. ¿Cómo define a los jóvenes de hoy?
R. Ésta es una ciudad de luces y sombras. Tengo dos visiones distintas, estoy en contacto con jóvenes comprometidos y luchadores que tienen muy claro hacia dónde ir. Me parecen de una categoría y un valor excepcionales, y tengo que decir que aprendo de ellos cada día. Las sombras están formadas por una gran mayoría de chavales mediatizados por el consumo y la necesidad de gastar y tener. Son vidas sin perspectiva y de incierto futuro.
P. Durante años ha compartido su vivienda con chavales en proceso de recuperación, entre ellos El Jaro. Desde su muerte, usted no ha vuelto a convivir bajo el mismo techo.
R. Es verdad; fue para mí uno de los golpes más duros. José Luis era un símbolo, representaba el exponente de nuestra sociedad desarrollista, un chaval que sale de la nada, sin preparación ni cultura, y llega a las cumbres más altas de la fama y el dinero. Ahora, aunque no vive nadie en casa, cada mañana recorro los juzgados, hospitales, visito a las familias o simplemente los escucho.
P. ¿Podría resumir en un puñado de palabras lo aprendido en estos 18 años?
R. Quizá el centro del abismo es la soledad humana, la dificultad para estar a solas con uno mismo, y que la droga no se cura con el no consumo,- sino con una alternativa de vida.
P. ¿Le molesta que le llamen el cura rojo?
R. No, si lo que quieren decir con ello es que creo en la filosofia de compartir y luchar por adoptar nuevos valores ; yo no creo en los profetas ni en el poder. Hay que huir siempre del poder.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.