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"A ratos, llegué a dominar a mis secuestradores"

Julio Iglesias regresa a Ikusi pasando la página del largo secuestro

Aurora Intxausti

Los rostros de José Mari, Conchi, Jesús, nombres que corresponden a algunos trabajadores de lkusi, no podían ocultar la alegría que sentían cuando a las 18.15 horas de ayer Julio Iglesias Zamora entraba en las instalaciones de la empresa. Su presencia, en el polígono 27 del barrio donostiarra de Martutene, conseguía poner un punto final a 117 días de lucha por la libertad de su compañero. Sobre una pancarta blanca, ajada por el paso del tiempo, en la que se leía: "Julio etxeratu arte ez dugu etsiko", ("En Ikusi falta uno, libertad para Julio"), los trabajadores colocaron ayer otra que expresaba un sentimiento bien distinto "Julio askatua" ("Julio libre"). En cada A habían colocado un lazo de color azul, el símbolo que durante meses muchos vascos han mostrado en la calle en recuerdo al secuestro del directivo de lkusi y en exigencia de su libertad. El trabajo en equipo que realizan en su quehacer diario los empleados de esa empresa guipuzcoana lo han demostrado tanto a la hora de exigir a ETA la liberación de su compañero como en la preparación de la jornada de recibimiento que Julio Iglesias tuvo ayer.Una vez finalizada la jornada laboral, los trabajadores llevaron a cabo una asamblea con el objetivo de disolver los grupos que habían estado asignados a las labores en favor de la liberación del ingeniero y de convocar una concentración el próximo jueves como muestra de agradecimiento a los donostiarras por su solidaridad. Julio Iglesias fue recibido, en el lugar que ha trabajado desde hace 15 años, con un sonoro aplauso acompañado de ciertas dosis de emoción reflejada en sus ojos llorosos y en los de algunos de los asistentes.

Poco antes de reunirse con sus compañeros expresé, su deseo de pasar cuanto antes la página de las jornadas de supervivencia" que le había tocado vivir y volver a ser el Julio Iglesias del mes de junio. Adoptando su papel de directivo de Ikusi, aseguró que en breve volverá a su puesto de trabajo. "No podemos perder el tiempo. Son momentos difíciles para todos. La situación económica está muy mal y hay que ponerse a trabajar cuanto antes". Realizó una breve alusión a su corte de pelo, realizado por sus secuestradores, de quienes dijo que a pesar de la situación de inferioridad en la que se encontraba llegó a dominarles "a ratos, aunque hay agujeros negros que son terribles".

Por primera vez en muchos meses, la protesta silenciosa expresada por el conjunto de los trabajadores de esta empresa se transformó en júbilo. El silencio se tornó en algarada y las risas se entremezclaron con el sonido del descorche de las botellas de vino. El ingeniero donostiarra cumplió ayer la promesa que se había hecho a sí mismo cuando fue privado de libertad, la de volver a reunirse con su familia, sus amigos y compañeros sin perder su dignidad. Tras la pequeña fiesta en la empresa, Julio Iglesias y su familia emprenderán unas breves vacaciones. Después, volverá a su puesto de trabajo y se pondrá al día lo antes posible. En su mesa encontrará una paloma que las asociaciones pacifistas vascas le han hecho llegar por la situación que ha vivido.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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