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Los candidatos a alcalde de Nueva York confían en el decisivo voto hispano

Antonio Caño

La orientación del voto hispano, el que más ha crecido y el que más ha variado en los últimos cuatro años, era lo que más preocupaba ayer a los máximos aspirantes a la alcaldía de Nueva York. El grueso del voto negro debía estar del lado del actual ocupante del sillón municipal, David Dinkins, y el voto blanco parecía también inclinado en la dirección prevista: alrededor de dos terceras partes para el candidato republicano, Rudolph Giuliani, y el resto para Dinkins.

Los electores hispanos son porcentualmente los que más han aumentado en la ciudad de Nueva York, y representan ya en tomo al 15% del total del voto. Muchas de estas personas registradas son ciudadanos que quieren separarse del cordón de delincuencia que ata a sus comunidades y participar activamente en las decisiones políticas de Estados Unidos. Algunos de ellos son prósperos comerciantes o esmerados padres de familia cansados, como tantos otros, del caos de la ciudad de Nueva York. En ellos puede encontrar Giuliani, un republicano populista que promete mano de hierro contra la delincuencia, unos aliados fundamentales para obtener la victoria. El voto hispano en favor de los republicanos aumentó ya significativamente en las elecciones presidenciales de hace un año.En las municipales de 1989, David Dinkins consiguió aproximadamente el doble de los votos hispanos que Giuliani. En esta ocasión las expectativas no son tan favorables para el actual alcalde.

Otro factor importante en los resultados de ayer debía ser el porcentaje de participación de la población negra. Si Dinkins consigue llevar de forma masiva a las urnas a su propia comunidad, podría garantizarse casi un 30% del total del voto. El último día de campaña del alcalde demócrata estuvo dedicado, precisamente, a ese fin.

Dando el voto negro por decidido, Dinkins y Giuliani pelearon también durante la campaña por un voto blanco que suele constituir en torno al 50% del total y en el que se registraba hasta ayer una buena parte de indecisos 'Nueva York ha sido tradicionalmente un enclave demócrata, pero esa clara orientación se ha ido difuminando a medida que se agravaban los problemas de la ciudad. Ayer Dinkins esperaba contar, al menos con un 20% del voto blanco, integra do por familias demócratas y personas vinculadas al mundo del arte y la cultura, para alzarse con la victoria. Giuliani ha trabajado para ganar el grueso de votos blancos de, clase media y media baja.

Si el aspirante republicano consigue morder un poco más de terreno a Dinkins en el voto blanco y arrastra apreciablemente el voto hispano (su compañero de lista, Hernán Badillo, es latino), puede ganar las elecciones. Si el voto hispano mantiene su tradicional alianza con los demócratas, Dinkins lo tiene más fácil.

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