La policia rescata a tiros en Argel a 3 franceses en poder de los integristas

Los tres funcionarios de la Embajada francesa en Argel secuestrados hace una semana por extremistas islámicos fueron liberados en una dramática operación de las fuerzas de seguridad en la capital argelina, según se supo ayer. Los dos hombres fueron rescatados el sábado, y la mujer fue liberada posteriormente por sus captores. Al menos cinco militantes integristas resultaron muertos en la lucha a tiro limpio. En las últimas semanas, siete extranjeros han sido asesinados en el país, presumiblemente por miembros del Frente Islámico de Salvación (FIS).

La operación policial se inició el sábado en una mezquita del centro de Argel y concluyó en las afueras de la capital, tras una accidentada huida de los secuestradores de funcionarios de la Embajada francesa. Horas antes de conocerse la noticia, un denominado Grupo Armado Islámico había repartido unos panfletos en los que se aseguraba que los rehenes serían puestos en libertad hoy, día en que se conmemora el inicio, en 1954, de la guerra de independencia contra el colonialismo francés.Al tiempo que se desarrollaba la operación policial, el líder en el exilio del Frente Islámico de Salvación, Rabah Kebir, declaraba a EL PAIS desde un lugar secreto en Alemania: "Si fuese español o francés, me iría del país. No por miedo al pueblo argelino, sino por razones éticas, para no apoyar con mi trabajo a la junta militar en el poder".

En su opinión, el éxodo de los extranjeros sirve a la causa del FIS "en la medida en que aísla, priva de recursos y debilita al régimen".

Kebir cree que la comunidad internacional es injusta al respaldar la restauración en Haití del presidente constitucional y apoyar, en cambio, en Argelia " a un régimen que interrumpió un proceso electoral modélico" porque los integristas iban a ganar. "La vara de medir no es la misma", añadió. Con todo, Kebir atribuye los atentados contra extranjeros a las dificultades de comunicación entre los activistas sobre el terreno y sus mandos, muchos de ellos en prisión. Páginas 3 y 4