Los líderes regionales censuran que el término renovador se haya convertido en un arma arrojadiza
Los secretarios generales de las principales federaciones del PSOE apostaron ayer en Granada por un cambio del modelo de partido basado en la pluralidad de ideas y la tolerancia, al tiempo que censuraron el uso del término renovador como arma arrojadiza entre unos y otros grupos. "La renovación no es un tema de unos contra otros", dijo el líder de los socialistas catalanes, Raimon Obiols, quien advirtió del riesgo de usar este concepto como una "operación estética".
Raimon Obiols aseguró que el socialismo europeo se halla ante una nueva oportunidad histórica y descalificó las recientes reflexiones del presidente del Partido Popular (PP), José María Aznar, sobre el declive de las ideas socialistas. El secretario general del PSC defendió la vigencia del socialismo democrático, pero apostó por una reforma de este modelo que aporte propuestas concretas a las cuestiones que plantea la sociedad. "La renovación", afirmó Obiols, "no es un tema de unos contra otros. Es de todos los socialistas. No podemos caer en la miopía de ver la renovación como una operación de cirugía estética, sino para solucionar los problemas de la gente".Este dirigente socialista afirmó que, frente al análisis desolador que presentaba la derecha sobre el futuro del PSOE, los dirigentes de este partido deben permanecer unidos y no pelearse, al tiempo que reclamó apoyos sociales estables para "comernos la crisis".
El secretario general de los socialistas vizcaínos, Nicolás Redondo Terreros, calificó de "paradoja" la situación interna en el PSOE cuando se plantea "con cierta angustia" abrir el partido a la sociedad tras ganar las elecciones legislativas del pasado 6 de junio. Redondo Terreros se remontó al congreso socialista de Suresnes, que dio en 1974 a Felipe González el liderazgo del partido, para defender un nuevo modelo de partido basado en la pluralidad y la tolerancia. "Sería un gran error", afirmó, "que en el congreso federal nos arrojemos el pasado los unos a los otros o que echemos toda la responsabilidad del pasado sólo a una persona". El secretario general del PSOE de Vizcaya, único dirigente provincial de otra federación invitado a la conferencia de Granada, sostuvo que la resolución de las tensiones internas en el PSOE no podía descansar en las "relaciones personales" y abogó porque cada dirigente haga sus propias reflexiones en vez de interpretar las de Felipe González y Alfonso Guerra.
Redondo Terreros defendió un partido autónomo, con una carga de utopía, "no gubernamentalizado" y que no actúe como comisario político del Gobierno.
"Todos somos renovadores"
En la misma línea intervino el guerrista Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El presidente de la Junta de Extremadura aseguró, en tono jocoso, que, tras seguir los debates de los socialistas andaluces, la conclusión a la que había llegado era la siguiente: "Todos los socialistas somos renovadores". El secretario general del PSOE extremeño indicó que hay que pasar "de la cultura de la unanimidad a la de la pluralidad" y mostró su temor de que en el congreso federal del próximo marzo la ideología socialdemócrata quede no como la corriente fundamental del PSOE, sino como "una corriente más". Rodríguez Ibarra defendió la apertura del partido a los sectores sociales más desprotegidos y recalcó: "El Gobierno tiene que administrar para todos, pero tiene que gobernar para una parte de la sociedad. Sólo para unos cuantos, a los que este partido quiere y aspira a representar".
El dirigente extremeño, al contrario de lo que mantienen los socialistas andaluces, defendió un modelo de partido territorializado, en el que las federaciones gocen de autonomía. Esta reflexión no contó con el aval de Felipe González, quien minutos después le respondió tajante: "Esto no es una confederación interterritorial. Esto es una organización federal con un proyecto que vale de Gerona a Cádiz".
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