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Un grupo de neonazis apalea a un hombre al grito de "rojo de mierda"

David N. N., de 23 añs, tiene la cara desfigurada y un brazo en cabestrillo después de la paliza que le propinaron anteanoche un grupo de unos 13 jóvenes neonazis en el barrio de San Nicasio, de Leganés. Mientras le gritaban "rojo de mierda" le dieron con una pala en la cabeza. Minutos antes, el mismo grupo había atacado un bar donde suelen reunirse jóvenes radicales de izquierda, punkis y okupas, según ha denunciado el dueño del local.

Según el relato de David, sobre las 0.30 del pasado sábado volvía de casa de sus padres, y en la confluencia de la calle del Río Tajo y la avenida de Mendiguchía Carriche se topó con el grupo de jóvenes de entre 16 y 20 años, vestidos con ropa de comando, símbolos neonazis y botas con puntera metálica. "Lo primero que hicieron fue abrirme la cabeza de un palazo; me caí de rodillas al suelo, y se liaron a patadas y golpes por todo el cuerpo". "Intenté protegerme la cara con la mano, pero no me sirvió de nada".David, uno de los okupas de un inmueble en la calle de Aragón, cuenta que es la primera vez que ha sufrido una agresión de este tipo. "Pero éstos están acostumbrados a pegar a los que consideran diferentes por sus ropas o el color de la piel". En el momento de la agresión, David, que tiene el pelo largo, llevaba una cazadora negra, pantalón vaquero y botas.

Una chica asustadiza

Después de golpearle, el grupo se dio a la fuga dejándole ensangrentado en el suelo. "Me levanté como pude y pedí ayuda a una chica que pasaba por la calle". Sin embargo, ésta se asustó al ver el estado en que se encontraba y echó a correr. El joven consiguió llegar como pudo hasta el bar que poco antes había sido atacado por, al parecer, el mismo grupo neonazi. Allí perdió el conocimiento.

Fue trasladado al hospital Severo Ochoa por una patrulla de la policía. A consecuencia de los golpes recibidos, tiene fracturados los dedos índice y corazón de la mano izquierda, roto el tabique nasal, hematomas y contusiones por todo el cuerpo, una brecha en la cabeza con siete puntos y otro corte con sutura en la cara.

Recuerda que no dijeron nada antes de empezar a pegarle, y añade que mientras le daban la paliza le insultaban y le gritaban "rojo de mierda". "Afortunadamente, eran niñatos, porque si son más adultos o alguno de esos tarugos de gimnasio, no lo cuento".

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Minutos antes de la agresión a David fue atacado el bar que está situado a tan sólo unos 300 metros de distancia. Los neonazis rompieron la puerta del local con piedras y bates de béisbol. "Entró primero uno moreno", cuenta uno de los jóvenes que estaban en el interior en ese momento, "y se lió a golpes con una cadena con el primero que pilló; luego entró otro y nos echó encima un spray de esos paralizantes".

Mucho miedo

Existe mucho miedo, especialmente en el propietario del bar, que prefiere que tanto su nombre como el de su establecimiento permanezcan en el anonimato por temor a represalias. Según cuenta Jacobo B., el bar ha sido objeto en al menos otras cuatro ocasiones de agresiones similares. "Lo que ocurre es que se producían siempre cuando estaba cerrado", concluye el dueño.

El último nenonazi que entró ha sido identificado por los clientes del bar. Se trata de un joven alto, rubio y con coleta, conocido con el apodo de Miguelón. Además, según los testigos, en el grupo neonazi iba también Javito, uno de los más conocidos del barrio. Los hechos han sido denunciados en comisaría.

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