El presidente del PP pide a dos ediles de Alcalá de Henares que renuncien a sus dietas

El 50% del Partido Popular en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares (140.000 habitantes) ha tirado la toalla en su enfrentamiento particular con el otro 50%. Cuatro de los ocho concejales que tiene este partido en la localidad complutense han presentado su dimisión y han dejado su escaño. Los cuatro ediles dimitieron en el pleno celebrado, el pasado martes porque dos compañeros suyos cobraban dietas de una empresa municipal. El presidente regional del PP, Pío García Escudero, ha pedido a dos concejalas que renuncien a cobrar las dietas.

Los cuatro ediles dimisionarios indicaron, "ya sin mordazas", que habían, adoptado la decisión "hartos del ordeno y mando" que ejercen sus compañeras Rosalía Rodríguez, presidenta del partido y concejal, y Esther García, portavoz municipal. María de los Ángeles Oñoro, Luis Vargas, Eduardo León y Javier Bello renunciaron a su acta de concejal a pesar de las tentaciones: "El cuerpo te pide quedarte en el Grupo Mixto para dar guerra". "La honestidad y evitar que te llamen tránsfuga o traidor por la calle", cuentan, "nos ha llevado a abandonar el Ayuntamiento".Pío García Escudero, presidente regional del PP, aseguró ayer a este periódico que los concejales que han abandonado el grupo municipal de Alcalá de Henares no le han dado ninguna opción para intentar buscar una solución al conflicto. "Vinieron a verme a mi despacho con la decisión ya tomada. Incluso tuvieron una reunión previa con Ignacio del Río, que también propuso soluciones, pero todo fue imposible", explicó García Escudero.

El desencadenante de las cuatro dimisiones fue conocer que Esther García y Rosalía Rodríguez, representantes del PP en el Consejo de Administración de la empresa mixta Cementerio-Jardín de Alcalá de Henares, cobraban íntegramente las 60.000 pesetas de dietas que tienen asignadas, mientras los representantes del PSOE e Izquierda Unida en el mismo consejo habían renunciado a ellas, pasando a cobrar tan sólo 6.600 pesetas, debido a la delicada situación por la que atraviesa la empresa. "El cobro es legal pero no ético", dice María Ángeles Oñoro.

García Escudero ha pedido a sus colaboradores en la dirección regional del partido que investiguen lo ocurrido en Alcalá de Henares. A las concejalas Rosalía Rodríguez y Esther García les ha sugerido que dejen de cobrar las dietas. "Me han dicho que por ellas no hay ningún problema", indica. "Si los concejales de IU y PSOE han renunciado por la difícil situación de esa empresa municipal", reflexiona, "los nuestros también tienen que renunciar". Esther García no quiso pronunciarse sobre este asunto "hasta dentro de unos días".

Pero cada uno de los cuatro ediles, que han permanecido en sus cargos 28 meses, tienen muchas más razones para avalar su renuncia. Luis Vargas asegura que el abandono debe ser entendido como "una negativa a doblegarme ante aquello que no considero justo". Javier Bello se queja de "tener que pedir permiso a la portavoz hasta para hablar con la prensa, bajo presiones de apertura de un expediente". Al evaluar la valía de Rosalía Rodríguez, el ex concejal critica sin tapujos: "Es una política nefasta y de mente cuadriculada. Todo lo que sea salirse de sus esquemas representa un enfrentamiento".

El afán de protagonismo de la presidenta del PP local es resaltado por todos los ex ediles en sus críticas y reproches a la situación del partido en Alcalá de Henares. León afirma que su presencia y la de sus compañeros "obstaculiza sus planes e intereses" porque ellos se habían convertido "en un estorbo a su ambición personal".

"Un brazo para levantar"

María Ángeles Oñoro está cansada de "no ser más que un brazo para levantar". La ex concejal asegura que "la decepción, las verdades a medias y los recientes sucesos [cobro de dietas]" son las causas de su marcha, y señala que "aquellos que intentan someter a las personas, que se permiten amenazar la libertad de opinión del individuo, hacen un flaco favor a la democracia y a los políticos", en clara referencia a sus dos ex compañeras. Oñoro, sin citarlas expresamente, critica a Esther García y a Rosalía Rodríguez por querer "mantenerse en sus sillones y poder trepar, dejando en el camino a sus compañeros sea como sea".