Arzalluz propone levantar el cerco en busca de Iglesias

El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, se mostró ayer de acuerdo con los deseos de la familia de Julio Iglesias de que se anteponga la vida del secuestrado a cualquier otra circunstancia y propuso levantar la presión policial. Unos 500 guardias rastrean en busca del escondite donde ETA tiene al rehén. "Aunque no tengo responsabilidad en el tema, si realmente hay que salvaguardar la vida de este hombre, yo digo sí", dijo.

En medios de la Audiencia Nacional se tachó de "irresponsabilidad política" el deseo de Arzalluz, ya que contraviene, según estas fuentes, lo que hasta hoy se ha realizado ante secuestros. Incluso, en medios judiciales se estimó que el levantamiento del cerco podría contribuir más a un desenlace fatal, ya que los secuestradores tendrían más fácil deshacerse del único testigo de su acción y que es una rémora en su huida. Arzalluz, por el contrario, declaró: "Yo siempre he creído que lo primero es que este hombre salga sano y salvo, y éste es un deber de la policía".El presidente del PNV no duda que ninguna razón justifica ya la prolongación del secuestro: "La orden de liberación estaba dada hace bastante tiempo y por problemas técnicos, como dicen ellos, como puede ser el que estén rodeados, impedían liberar a Julio".Medio millar de guardias civiles participan en las labores de controles y batidas en las inmediaciones del monte Adarra, cerca de Andoáin (Guipúzcoa). Aunque conscientes de las dificultades de encontrar algo en un terreno tan abrupto -"es casi como buscar una aguja en un pajar", señalaba un guardia que ha participado en los rastreos- se tiene la esperanza de liberar al secuestrado.

Entretanto, las radiografías térmicas de la zona realizadas por los aviones militares y helicópteros de la Guardia Civil y la policía que sobrevuelan el área ya han permitido localizar focos de calor que han dado lugar a fallidos operativos donde se suponía se hallaba el zulo. En la tarde del viernes se dio un momento de máxima tensión al investigarse uno de esos puntos calientes detectados. La operación supuso el despliegue de agentes de las Unidad Especial de Intervención de la Guardia Civil. No sólo la Guardia Civil participa en el rastreo: la Ertaintza y la policía estatal están en las en zonas colindantes.