Terreno abonado para el líder del PP
EL PAÍS, Aznar tuvo fácil su recorrido por Galicia. El hecho de que todas las encuestas, análisis e impresiones den por ganador en los comicios al PP gallego y a su presidente, Manuel Fraga, han permitido al líder nacional de los populares convertir su participación en la campana, ante multitudinarios auditorios fervorosos, en un nuevo episodio de su enfrentamiento dialéctico con un Felipe González a quien se le han puesto las estadísticas económicas en contra.
Aznar, durante la semana que ha estado en Galicia, se ha prodigado especialmente en criticar el acuerdo entre socialistas y convergentes y la cesión del 15% del IRPF.
Fraga y los populares gallegos centraron su campaña en asegurar la mayoría absoluta de que disponen en el Parlamento regional y agitar el fantasma de la catástrofe que supondría para Galicia un gobierno tripartito de los socialistas y los nacionalistas del BNG y UG-EG.
La posibilidad de una alianza todos contra Fraga si éste pierde la mayoría absoluta fue calificada por el propio candidato a la reelección como "el mayor de los desastres" y un hecho que haría que los gallegos tuviesen que volver a emigrar. Los populares han insistido machaconamente, además, en calificar al BNG sin más como marxistaleninista.
Antolín Sánchez Presedo, el candidato socialista, ha mantenido casi hasta el final un discurso "constructivo". Una estrategia que, según algunos expertos, sería más lógica para un dirigente de la oposición con posibilidad de acceder al poder que en el caso de un rival al que las encuestas pronostican incluso un retroceso.
Apoyo renovador
Pero imbuido del estilo de Felipe González, con latiguillos verbales y gestos idénticos a los del líder socialista, Sánchez Presedo ha dedicado más tiempo a narrar la Galicia que quiere que a criticar la herencia que deja Fraga. El candidato socialista ha contado con un apoyo masivo de los dirigentes nacionales del PSOE que apoyan la renovación en este partido.
Finalmente, Xosé Manuel Beiras, candidato del Bloque Nacionalista Galego, ha cimentado su campaña en una descalificación frontal y sin paliativos de Fraga y su gestión, quien ha recibido feroces insultos en todos los mítines del BNG.
Beiras, empeñado en hacer de muchos de sus mítines casi un recital, concluyó su campaña en Vigo mostrando a su multitudinaria audiencia una selección de diapositivas en las que el actual presidente de la Xunta aparecía, inauguración tras inauguración, junto al general Franco.
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