A Julián Revenga
Hay que reconocer la inusitada eficacia de nuestros solícitos gobernantes en determinadas esferas de la vida social. Es cierto que algunas reformas son acuciantes, sobre todo las viarias. Aplaudimos y alabamos la mayor fluidez de la circulación en pro de los atribulados conductores. Eliminación de peligrosas curvas, reducción de distancias, asfalto renovado, marginación de poblados... Todo sería plausible si no creyéramos que existen desidias y abandonos premeditados.¿Qué diremos del lamentabilísimo estado de alguna carretera de nuestra flamante comunidad autónoma? Yo invito al señor Revenga, o a quien concierna o convenga, a recorrer en coche o a pie una significativa vía. Podrá usted ver un prolongado y profundo hoyo en el que muchos vehículos han perdido sus tapacubos. El firmante ha contabilizado hasta 10. Tal vez no sea excesivo el número y, por tanto, no preocupante. Si usted hubiera estado en conocimiento del alargado socavón, hubiera procurado eludirlo, inútilmente, porque, como estaba en un cambio de rasante, corría usted el peligro de encontrarse de pleno con otro automóvil que circulara en sentido contrario. Ciertamente, esta vía es de doble dirección, pero tan carcomidos están sus laterales que sus acortadas dimensiones la reducen a una sola dirección compartida. ¡Qué pena que por ella discurriera la Vuelta Ciclista a España! ¡Se les veía a los corredores sonrojados, desganados, humillados y hasta paralizados!
Y para más inri, esta vía, tal vez pecuaria, inicia su andadura con este llamativo rótulo: "Ruta turística". Si usted, señor Revenga, es tan amable y accede a visitar tan denostada carretera, le diré que su denominación es la siguiente: M-614, desde Guadarrama a la estación de ferrocarril de Los Molinos-
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