Moteros sí, motarras...

No podemos negar que el mundo de la moto nunca ha tenido muy buena prensa, y gracias a los motarras que nos deleitaron con sus gracias el pasado fin de semana con motivo del GP en el Jarama, el nivel de desconfianza hacia nosotros está muy alto. Me que la gente supiera que quien provocó las gamberradas del fin de semana sólo usa una máquina de dos ruedas entre las piernas, con la que quieren demostrar algo que no pueden con su inteligencia. A estos impresentables nunca se les podrá llamar moteros.

La sociedad debe saber que, para los que amamos este especial mundillo, nuestra moto es parte de nosotros y no necesitamos de exhibiciones macarrescas-narcisistas para demostrar algo. En todo grupo con idénticos intereses (cazadores, ciclistas, montañeros, etcétera) siempre hay ovejas negras, y no podemos catalogar a todo un grupo por unos cuantos.

El motero de verdad, no el motarra, sólo necesita de su moto, buena compañía y muchos kilómetros que disfrutar, y no lanzando 200 kilos a más de 60 kilómetros por hora entre un pasillo de personas que, en caso de caída, recibirían un terrorífico golpe de consecuencias impredecibles.

La moto es una pasión, también un vehículo muy útil en nuestras atascadas ciudades, pero, como el coche, un arma cargada en manos de los insensatos que siempre encontramos en todas partes.

Vicepresidente de Moto Turismo Madrid.