Un socio de Alcalá 20 concluye su declaración sin acordarse de nada

J. A. H. Doroteo Martín, copropietario de la discoteca Alcalá 20, concluyó ayer su interrogatorio sin apenas haberse acordado de nada ni conocer algunos de los aspectos más básicos del negocio en el que invirtió su dinero. Los 10 años que han transcurrido desde el incendio que ahogó a 81 personas y su inhibición ante el funcionamiento del local fueron sus principales argumentos. Martín dijo ayer -ante una común sonrisa irónica de familiares de víctimas- que el local reunía condiciones de seguridad, a juzgar por "los permisos" que tenía.

Cada vez que las partes le preguntaban algo sobre licencias de apertura o gestión del local, incluía un nombre en casi todas sus respuestas, el de Juan Antonio Iglesias, principal accionista de Alcalá 20, su hombre "de confianza" y el auténtico ejecutor de cuanto "se hacía y deshacía" en la sala de fiestas.Antonio García Pablos (hijo), el abogado que representa a los familiares de la mayoría de las víctimas, expresó su extraneza por que Doroteo Martín diga que sigue siendo amigo de Iglesias. "¿Cómo es posible que siga manteniendo relaciones con alguien que le ha hundido y que, según él mismo, era su persona de confianza en Alcalá 20?".

El fiscal solicita para Martín dos años de cárcel por imprudencia temeraria. Es decir, por ser uno de los propietarios del lo al y, a su juicio, responsable también de las deficiencias que propiciaron la tragedia que conmocionó a toda España hace 10 años.

En opinión de García Pablos, algunos acusados mantienen una clara estrategia inspirada en descargar sobre Iglesias la responsabilidad de las supuestas irregularidades de Alcalá 20, a sabiendas de que éste« sufre una grave enfermad y que difícilmente se sentará en el futuro en el banquillo de los acusados.

"Juicio sin extintores"

La nota destacada de la sesión de ayer la puso Carlos García Cabrero, uno de los abogados de la defensa. Antes de comenzar la cuarta sesión del juicio pidió la palabra al presidente para denunciar la inexistencia de medidas de seguridad en la sala donde, precisamente, se celebra la vista del incendio de Alcalá 20. "Ni hay extintores ni sabemos si los sillones sobre los que nos sentamos, que están hechos de gomaespuma, disponen de un tratamiento ignífugo", declaró a El PAÍS. El humo tóxico que provocó la mayoría de las muertes en Alcalá 20 procedía, curiosamente, de la espuma de poliuretano con que fueron rellenados los cojines, almohadillas de las barras y algunas paredes del local.

El presidente del tribunal, Francisco Javier Rodríguez González-Palacios, recordó al letrado las infructuosas gestiones que en su día emprendió el tribunal parahallar un local más adecuado. No obstante, le instó a presentar su denuncia ante el presidente de la Audiencia de Madrid.

El juicio por el incendio de Alcalá 20 se reanudará el próximo miércoles, tras el puente de la festividad del Doce de Octubre. Ese día iniciará su declaración Emilio Urdiales, otro de los socios del local, para quien el fiscal demanda seis meses de cárcel.