"Madrid es una ciudad sucia, y eso me repatea"

Amén de ser quien más horas ha pasado junto al Mario de la obra de Miguel Delibes, Lola Herrera es una actriz todoterreno, que lo mismo pisa fuerte sobre la madera del escenario que suda la gota gorda bajo la mirada impasible de los focos. Ahora mismo, se encuentra representando Algo especial, de Jim Cartwright, en el madrileño teatro Fígaro, tras la preceptiva gira de rodaje por provincias.

Pregunta. ¿Cuándo se instaló en Madrid?

Respuesta. En el año 1957 llegué aquí, procedente de Valladolid. Entonces, Madrid me fascinó: había una Gran Vía preciosa y yo estaba todo el rato en la calle. Luego, con los años, me da la impresión de que se ha convertido en una ciudad un poco sucia, y eso, la verdad, me repatea.

P. ¿Por qué cree usted que está tan sucia?

R. Pues no lo sé, pero el caso es que vengo de hacer una gira por capitales de provincia y esas ciudades -que tendrán también sus cosas- siempre me parecen más limpias que Madrid. Quizá se deba a que los habitantes de esas ciudades las cuidan, por tener conciencia de que son suyas. En cambio, como hay tan poca gente que sea y se sienta madrileña...

P. ¿Es Madrid la meca de actores y actrices del país?

R. Junto con Barcelona, indudablemente. Fuera de aquí, parece que molesta que Madrid sea el centro de muchas cosas, pero lo cierto que es aquí donde hay que estar, donde están los teatros, donde se estrena... Además, Madrid es la ciudad más bohemia de España. Pero con mucho...

P. ¿Está el teatro en Madrid suficientemente protegido?

R. Creo que todo lo que se haga es poco, insuficiente... Yo no digo que no se realicen esfuerzos; sin embargo, soy de. la opinión de que el esfuerzo por la cultura ha de ser siempre grande y continuo.

P. ¿Dónde vive, aquí en Madrid?

R. Nunca quise vivir fuera de Madrid y me encanta, especialmente, su casco antiguo. Vivo, desde hace muchos años, en un ático junto al Rastro. A veces bajo -no los domingos, que hay mogollón- y me encanta topar con personajes que parecen sacados de Arniches.

P. ¿Cuál es su rincón favorito?

R. Durante mucho tiempo, la Casa de Campo. Cuando hacíamos dramáticos en Prado del Rey, el pasar a la vuelta por la Casa de Campo se convertía para mí en una liberación, en algo muy grato... Ahora hace ya mucho tiempo que no paso por allí.

P. ¿Siente nostalgia de los tiempos de teleteatro en TVE?

R. Pues la verdad es que sí. El teatro es algo inmediato y produce una satisfacción más directa. Pero es que yo hacía televisión en unos momentos, en los que era muy difícil todo y casi no te daba tiempo a disfrutar de lo que estabas haciendo. Además, yo tenía casi siempre papeles de mucha responsabilidad y apenas me daba tiempo a aprendérmelos... Sí que siento añoranza, sí. Me encantaría que hubiera dramáticos en TVE y poder participar yo, para matar el gusanillo...

P. En Algo especial, la obra que representa ahora, ¿trabaja unos registros dramáticos distintos a los que acostumbra?

R. Aquí hago un personaje de vieja borracha y pendeja, que me encanta. Me lo estoy pasando de miedo, porque era una zona de mí misma que tenía sin gastar. Además, la obra es fantástica. ¡Ha sido galardonada en Londres con el Premio Lawrence Olivier de 1992!

P. Lola, ¿se jubilan los actores?

R. En esta profesión, uno se jubila y se desjubila.