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Editorial:EDITORIAL
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La amenaza de dos ediles

DOS CONCEJALES del Ayuntamiento de Madrid -Venancio Mota y Manuel Martínez Blanco- han amenazado con pasarse al grupo mixto y arruinar la mayoría absoluta del alcalde, José María Álvarez del Manzano, si no se les tiene en cuenta en los órganos del partido. Y han lanzado su ultimátum a José María Aznar, presidente del Partido Popular, para que reciban más competencias las juntas de distrito, como las que ellos presiden.Los dos han transmitido su disgusto por haber sido excluidos de la nueva dirección del PP en Madrid. Pero todo parece indicar que el gesto de amenazante rebeldía fue motivado por dicho distanciamiento, más que por discrepancias reales.

No estamos, pues, ante un debate político o un desacuerdo en las ideas, sino ante una mera presión personal de dos ediles que han sufrido en su carne la renovación que preconiza José María Aznar. En tal vía renovadora ha de inscribirse la simple celebración del congreso regional. El PP de Madrid no convocaba una asamblea de este tipo desde hace siete años, y su hasta ahora presidente, Luis Eduardo Cortés, se ha mantenido en el cargo sin someterse a la más elemental norma democrática: la reafirmación o la retirada de la confianza de los militantes cada tres años, como marcan sus estatutos.

El choque entre los distintos sectores del PP es más evidente que en otras formaciones, puesto que la concepción del mundo de quienes proceden directamente de la época de la antigua Alianza Popular contrasta con más nitidez respecto de la que encabeza en la actualidad la opción conservadora. Todo permite intuir que se acaba el tiempo político de ediles como Ángel Matanzo, Mota y Martínez Blanco. Las listas electorales de las próximas elecciones municipales -dentro de dos años- confirmarán o no la profundidad del ansia renovadora del partido.

Si se consumase el paso al grupo mixto de los dos últimos citados, Izquierda Unida y el PSOE tendrán ante sí la tentación de desalojar a Álvarez del Manzano mediante una moción de censura. Juan Barranco podría devolver la moneda a quienes le arrebataron la alcaldía por ese procedimiento, hace ahora cuatro años.

Paco Herrera, portavoz de IU, avisó de que jamás se sumaría a una operación de este tipo. Es, probablemente, la postura más correcta. Álvarez del Manzano ganó las elecciones y tiene el derecho político de gobernar cuatro años, a fin de que los madrileños sopesen un programa previsto para tal plazo. Los socialistas, por su parte, también han anunciado su renuncia. Acaban de comprobar en la práctica la discutible rentabilidad de contar con apoyos de diputados autonómicos -en el caso de Aragón- que tienen en el transfuguismo su "cuarto de hora de fama".

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