El cumpleaños de su hijo
Ricardo Portabales afirmó ayer ante el tribunal que él y sus antiguos jefes del narcotráfico casi nunca empleaban la palabra cocaína para referirse a la mercancía con la que comerciaban, sino que usaban el término fariña (harina, en gallego).El arrepentido, según su testimonio, estuvo presente en numerosas operaciones de narcotráfico, pero la mayoría de las vesces no supo si éstas llegaron a consumarse. Sin embargo, dedujo que salieron conforme a los deseos de su jefe, Manuel Padín, alegando que éste "es tan pesetero que si hubiera salido mal, lo habría comentado". De este modo, explicó, al ser preguntado por la venta de varios kilos de cocaína al yuppy Carlos Goyanes por parte de Padín, que como no comentó nada, es que la cosa salió bien"."Cuando una cosa sale bien, apenas se comenta. En caso contrario, siempre hay alguien que dice: Joder, vaya, putada..." añadió.
Portabales, que acude al juicio con su inseparable agenda de tapas negras en la que tiene anotaciones sobre sus hazañas, fue repetidamente preguntado por estas peculiares memorias, que escribió en libertad y en prisión. "Ahí anotaba" dijo, "los nombres y teléfonos de las personas a las que se podía sobornar en las fronteras, nombres de barcos a los que se podía llegar a tocar al armador, zonas menos controladas para los desembarcos ...."Luego aclaró que las anotaciones las realizaba "cada dos o tres días, cuando me acordaba de un nombre o así".
La sorpresa saltó cuando el arrepentido pidió poder consultar la agenda para precisar la fecha del cumpleaños de uno de sus hijos. Manuel Cobo del Rosal, defensor de uno de los encausados, demandó la venia del tribunal para expresar su "sorpresa" por el hecho de que el declarante no recordara un dato tan emotivo.
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