Solbes descarta reducir la tarifa del impuesto sobre la renta de acuerdo con la inflación

El año próximo, una parte importante de los asalariados pagará comparativamente más impuestos, ya que el Gobierno ha decidido no modificar la tarifa del impuesto sobre la renta para eliminar el efecto de la inflación. Así lo anunció ayer el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, quien calificó la situación económica de "muy grave" y se mostró confiado en alcanzar el pacto social. El ministro asiste a la asamblea del Fondo Monetario Internacional, cuya principal preocupación es el aumento "insoportable" del paro.

Pedro Solbes se estrenó ayer como representante español ante la asamblea del Fondo Monetario Internacional, en la que está previsto que pronuncie hoy su primer discurso oficial. El ministro explicó, en conferencia de prensa, que el análisis de la situación económica del FMI coincide con la del gobierno español. Señaló que las líneas maestras de lo que calificó como "nueva política económica", son la austeridad presupuestaria para el ajuste de las cuentas públicas, la reforma del mercado laboral "para poder mantener razonablemente el Estado del bienestar y continuar la prudencia respecto a la inflación.En este sentido el ministro descartó que el año que viene se vaya a deflatar la tarifa del impuesto sobre la renta. Esta medida supondrá para buena parte de los sometidos a este impuesto una carga fiscal mayor, ya que ésta será proporcional mente superior a la la subida que consigan en sus salarios y siempre que ello suponga pasar de un tramo a otro con mayor tipo impositivo. Se mantendrá, pues, la llamada progresividad en frío, del impuesto.

Durante toda su intervención, el titular de Economía insistió en la gravedad de la situación, que a su juicio requiere "un pacto de corresponsabilidad y solidaridad, en lugar de negociar contraprestaciones". Afirmó también que el Gobierno tenía un margen de maniobra muy reducido.Insistió el ministro en la conveniencia de llegar a acuerdos con las fuerzas sociales y negó que el balance de dos meses de negociación fuera negativo. Solbes dijo que se había escuchado a sindicatos y empresarios y se había tenido en cuenta sus planteamientos, además de alcanzar acuerdos concretos. "Seguimos abiertos a llegar a resultados en esas conversaciones", añadió, "pero tengo la impresión de que en la mesa se negocia sin tener en cuenta la situación de crisis muy grave que atravesamos".

Precisamente el desempleo y el libre comercio se han convertido este año en las dos preocupaciones -casi obsesiones- de las reuniones previas a la asamblea general del Fondo Monetario Internacional, organismo que dirige Michel Camdessus. Los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (EE UU, Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y Canadá) y el Comité Interino del FMI han coincidido al llamar la atención sobre el aumento del paro, que el informe del Fondo calificaba de "insoportable". Según las últimas previsiones de estas institución, los países del G-7 alcanzarán la cota de 24 millones de parados el próximo año, que sube hasta 34 millones para los 21 países de la OCDE.

El Comité interino del FMI emitió la madrugada del lunes (hora española) un comunicado tras su reunión semestral, en el que se volvió a pedir una acción concertada para conseguir la reactivación económica mundial. Los nueve puntos del comunicado eran muy similares a los de abril pasado -e incluso a los de hace un año-, aunque se notaba un grado mayor de angustia y una mayor resignación respecto a la posibilidad de coordinar las políticas de los países industrializados.