HB aprovecha el juicio por las injurias al Rey en Gernika para pedir la negociación con ETA
Los parlamentarios de HB que ayer comenzaron a ser juzgados por segunda vez por los incidentes de la Casa de Juntas de Gernika, ocurridos el 4 de febrero de 1981durante una visita del Rey al País Vasco, aprovecharon el proceso para reivindicar la negociación entre el Gobierno y la "organización armada vasca ETA". Los dirigentes de UB advirtieron que en la visitadel Rey a Euskadi del próximo octubre se reproducirán los mismos hechos, pero precisaron que en Gernika pretendieron "protestar por la opresión al pueblo vasco" pero no "injuriar" al Monarca.
El. segundo juicio por los hechos de Gernika, siete años después de que el Tribunal Constitucional ordenase la repetición del primero por un defecto de forma, fue idéntico en cuanto a los argumentos de fondo, pero muy distinto en cuanto a las formas. Frente al excepcional dispositivo policial de entonces, la presencia de los dirigentes de HB pasó prácticamente desapercibida en el Palacio de Justicia. Y en vez de habilitar el amplísimo Salón de Plenos del Tribunal Supremo como en la anterior ocasión, fueron juzgados, con algunas apreturas, en los estrados de la Sala Segunda.Todos los acusados que declararon en la mañana de ayer insistieron que el acto de la Casa de Juntas tuvo "carácter parlamentario". De aceptarse que tuvo ese carácter, la inmunidad alcanzaría a los protagonistas de los incidentes.
El fiscal pide para 14 de los acusados penas de ocho años a cada uno por injurias al Rey y alternativamente, de tres meses de arresto por desórdenes públicos, que son las penas que impuso la primera sentencia, anulada por el Constitucional. Para José Luis Cereceda Garayo, que se encuentra en prisión y cuya conducción, esposado, fue aplaudida por simpatizantes de HB, pide 11 años por injurias o, alternativamente, cinco meses por desórdenes, dado que es reincidente.
Idígoras, que cuidó en todo momento de referirse al Rey como "el Jefe del Estado español", dijo que el comportamiento de los miembros de HB estuvo lejos del ánimo de injuriar a nadie". Por el contrario, aseguró que se limitaron a expresar de forma oral, por mandato de sus bases, su protesta al jefe del Estado por lo que su presencia representaba. Al no poder hacer uso de la palabra, iniciaron el canto del Eusko Gudariak (himno del soldado vasco). "Cuando nos íbamos, intervinieron de forma violenta los guardias de corps del PNY, los berrocis".
Preguntado por el fiscal si volvería a repetir su actitud, Idígoras respondió que sin duda alguna. "Es evidente que la situación sigue peor que entonces, tras 12 años de negativas". Agregó que mostrarán su rechazo en la próxima visita real porque siguen vigentes sus reivindicaciones de entonces. Ante los informadores precisó que el rechazo será "con la palabra o con el canto", y "si nos cortan la lengua, lo haremos con los dedos, o mediante otro tipo de gestos".
Jokin Gorostidi, que, víctima de una enfermedad compareció en silla de ruedas, negó que hubieran proferido silbidos o insultos, dado que "ése no es el estilo de HB". Preguntado si volvería a repetir la actuación, respondió: "Si el jefe del Estado afrontara una negociación entre el Estado y la organización armada vasca ETA, diría rotundamente que no; pero si el Gobierno no acepta una negociación con HB, digo que sí".
Miguel Castells, que reúne la doble condición de acusado y abogado defensor, Iñaki Ruiz de Pinedo y José María Alix Trueba también negaron su intención de injuriar al Rey. Alix precisó: "A Su Majestad le convenía enterarse de aquéllo por si le habían informado mal".
Declaración en euskera
Por la tarde d eclararon el resto de los procesados, y cuatro de ellos lo hicieron en eukera, a través de intérprete. "Ustedes no son quien para juzgarnos", dijo al tribunal el último de los acusados, José Ramón Echevarría, tras reivindicar el derecho a la autodeterminación.
El ex lehendakari Carlos Garaikoetxea y el ex presidente del Parlamento vasco Juan José Pujana, que declararon como testigos, coincidieron en que el acto tuvo, efectivamente, carácter parlamentario.
Garaikoetxea añadió que él mismo advirtió al Rey que no era el momento ni existía el clima adecuado para su visita al País Vasco, debido a la existencia de cierta tensión y desacuerdos que tenían bloqueado el desarrollo del autogobiemo.
Pujana dijo que ordenó la expulsión de los miembros de HB tras dar los tres avisos reglamentarios, y añadió que no dio parte del incidente al ministerio fiscal porque no consideró que hubiesen cometido un delito, aunque sí alteraron el orden.
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